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Nunca Más

Fiscal pidió prisión a Ricardo Zabala por vinos envenenados en 1978 enviados al hogar Heber-Fontana

Cecilia Fontaina de Heber en un afiche recordatorio, en la sede del Partido Nacional. Del otro lado, se encuentra la imagen de Héctor Gutiérrez Ruiz. Foto: Redes sociales del Partido Nacional.
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Cecilia Fontaina de Heber en un afiche recordatorio, en la sede del Partido Nacional. Del otro lado, se encuentra la imagen de Héctor Gutiérrez Ruiz. Foto: Redes sociales del Partido Nacional.

Es uno de los homicidios más relevantes de la historia reciente. Los “vinos envenenados” que en 1978 mataron a Cecilia Fontana de Heber, madre del actual senador Luis Alberto Heber, es un caso que está a punto de concluir. El fiscal especializado en Delitos de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, solicitó prisión contra el subcomisario Ricardo Zabala.

Agosto de 1978, plena dictadura militar. En los hogares de Mario Heber, Luis Lacalle Herrera y Carlos Julio Pereyra, llegó una encomienda con botellas de vino. “El jueves 31 al mediodía brindemos por la Patria en su nueva etapa”, decía una tarjeta escrita a mano y enviada junto a cada paquete. Cecilia Fontana tomó una copa del vino sin saber que contenía Fosdrin, un pesticida que, finalmente, la mató tres días después. Es la madre del actual senador, Luis Alberto Heber.

La hiptótesis marca que en esa jornada una reunión del Consejo Nacional de Seguridad aprobaría una “salida” a la dictadura encabezada por Aparicio Méndez a través de un triunvirato con tres políticos, uno blanco, otro colorado y un militar, pero nada de eso pasó.

Una comisión investigadora fue abierta en el Senado de la recuperada democracia, en 1985. Fueron sus investigadores el repesor policial y director de Inteligencia, Víctor Castiglioni, y el director de Narcóticos, Hugo Campos Hermida, como recuerda la web Sitios de Memoria. La comisión fracasó, no llegó a una conclusión.

En 2007, Carlos Julio Pereyra reabre el caso a partir de 14 documentos desclasificados por la CIA, patrocinado por Javier Barrios Bove, actual edil blanco en la Junta de Montevideo. La hipótesis, en este caso, era la disputa entre dos corrientes castrenses por los próximos pasos de la dictadura.

Ya en aquellos años se retomó una línea de investigación que identificó a una policía, ex integrante de los servicios de inteligencia, como la redactora de las tarjetas. Se cerraba, de a poco, la hipótesis que vinculaba a la policía con el caso.

Con la reapertura del caso en 2020, impulsada por Luis Alberto Heber, hijo de la víctima, el ciclo se cierra con la actual solicitud de procesamiento de Ricardo Zabala. Según el dictamen fiscal, en las botellas hay huellas dactilares que lo incluplan. Los folios con las huellas dactilares se perdieron durante diez años, hasta que fueron hallados en 1988.

El caso contó con miles de peripecias. Incluso en este último año, cuando una información de La Tapadita de Eduardo Preve confirmó que el sistema de escuchas El Guardián fue perforado con el ingreso ilegal al sistema de Silcar Lara, hijo de Silcar Lara Borges, jefe de Inteligencia donde también se desempeñó Zabala durante los años duros. Esto motivó el sumario al policía.

Zabala también fue procesado en 2017 por la desaparición forzada y asesinato del maestro Julio Castro.

El fiscal Perciballe cree que aún hay responsables de este crimen que están vivos.

Dos oficiales de Inteligencia copiaron escuchas de El Guardián sobre investigación de asesinato de Cecilia Fontana de Heber