Topolansky y Lubetkin destacaron el legado integrador de Mujica y su influencia en la proyección internacional de la región.
En el lanzamiento de la presidencia rotativa del Consenso de Brasilia que asume Uruguay, el Centro de Formación para la Integración Regional (Cefir) organizó un homenaje a José “Pepe” Mujica en la sede de la CAF -banco de desarrollo- en Montevideo.
Allí, se descubrió una placa con un fragmento de un discurso del expresidente durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, en 2013, que dio la vuelta al mundo: “Soy del Sur y vengo del Sur. Cargo inequívocamente con los millones de compatriotas pobres en las ciudades, en los páramos, en las selvas, en las pampas, en los socavones de América Latina, patria común, que se está haciendo”.
Según dijo a M24 el analista internacional y asesor presidencial Álvaro Padrón, Mujica fue un “gran impulsor” de la idea de integración y añadió que “dedicó sus últimos años a ayudar al relanzamiento de este proyecto, en un nuevo intento de integración regional que no solo incluye a Sudamérica, sino también a América Latina y el Caribe”.
La exvicepresidenta Lucía Topolansky recordó que Mujica concebía la unión latinoamericana como un paso imprescindible para tener peso a nivel mundial. Al respecto, señaló que, más allá de la diversidad de países grandes, medianos y pequeños, la región comparte raíces culturales y lingüísticas que facilitan la integración. “De a uno no somos nadie, a pesar de que tengamos países importantes como Argentina, como Brasil, como México, como Colombia”, expresó.
La exvicepresidenta también repasó que Mujica cuestionaba la noción de “Latinoamérica” por dejar fuera a los pueblos originarios y a la población afrodescendiente que forma parte de la historia regional. Según recordó, buscaba símbolos que reforzaran la pertenencia común. “Tenemos que tener símbolos para que en todas las escuelas, en todos los liceos, un día en el año nos sintamos parte del continente: Tenemos que tener una bandera, tenemos que tener un himno”, rememoró que decía Pepe.
Para el expresidente, explicó Topolansky, la integración debía comenzar por acciones concretas que pudieran ser valoradas por la ciudadanía. Como ejemplo, mencionó la creación de brigadas regionales de respuesta ante catástrofes.
“La integración de la educación y poder trabajar en conjunto las universidades, la investigación, sin problemas, sin barreras, era una cosa que lo tenía enfermo casi de pensar en que no se pudiera hacer”, añadió Topolansky.
Por su parte, el canciller Mario Lubetkin resaltó la influencia de Mujica en el plano internacional. En rueda de prensa, afirmó que el expresidente supo proyectar sus ideas más allá de Uruguay y de la región, y que su figura fue reconocida en el mundo.
“No hay duda de que todos conocen la figura de Mujica como un soñador realista”, afirmó el canciller y añadió que “su sueño, con su estilo de decir las cosas, con su peso y su incidencia en tantos presidentes y gobernadores de la región va en el sentido de haber trazado caminos”.
Lubetkin también destacó que el homenaje era prueba de la vigencia del pensamiento del exmandatario, aún después de su muerte. En ese sentido, declaró que “al estar presente en los diálogos, significa que sus ideas son las que están circulando”.