El instituto prevé apoyarse en sus comités departamentales para identificar áreas prioritarias y coordinar con otros organismos.
El director general del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), Miguel Venturiello, explicó en entrevista con Info24 los alcances de la participación del organismo en Uruguay Impulsa, el nuevo programa del gobierno que prevé trabajo temporario y formación profesional para personas en situación de vulnerabilidad que tiene unos 5.500 cupos disponibles.
La iniciativa está dirigida a personas de entre 18 y 65 años que no perciban ingresos ni prestaciones y contempla jornadas de seis horas -cuatro para madres con hijos pequeños-, con una prestación mensual de 19.728 pesos.
Venturiello señaló que el proyecto fue diseñado desde el inicio con un componente formativo, que tendrá un “abordaje en conjunto” que pondrá el foco en la población a la que va destinada esa formación. En tal sentido, el diseño curricular está a cargo de un equipo técnico del instituto y se busca que las capacitaciones respondan a la realidad de cada territorio.
El director destacó que las experiencias previas, como los Jornales Solidarios, mostraron la necesidad de ajustar los contenidos a las características de la población objetivo. En algunos casos, explicó, se trata de personas “muy desvinculadas hace años del mundo del trabajo” y con carencias educativas básicas, por lo que antes de enseñar habilidades digitales, por ejemplo, es necesario un diagnóstico por departamento.
Inefop prevé apoyarse en sus comités departamentales para identificar áreas prioritarias y coordinar con otros organismos. Además, se analiza incluir formación en derechos y seguridad social.
Para el instituto, el desafío es significativo: “Hablar de 5.500 personas es el 10 % de lo que Inefop capacita anualmente”, afirmó Venturiello, quien remarcó que el objetivo es que los participantes se sientan motivados a continuar formándose.
Más allá de Uruguay Impulsa, el organismo trabaja en dos ejes para el resto del año: reorganizar la oferta de capacitación en el interior para alinearla con las necesidades productivas locales, y elaborar la agenda estratégica quinquenal de forma participativa con actores sociales, educativos y productivos.
Venturiello repasó además las acciones con población privada de libertad y liberada, así como con jóvenes infractores, con programas que combinan capacitación dentro de centros de reclusión y acompañamiento en la inserción laboral posterior.
Asimismo, subrayó un desafío estructural: 700.000 trabajadores en Uruguay no han completado el ciclo básico. “Hay que hacer programas que convivan con el trabajo y de manera flexible los introduzcan” a la educación formal, explicó, ya que al culminar ese nivel “el trabajador inmediatamente” pide continuar en el segundo ciclo.