La iniciativa busca articular al sector, promover capacitación y ampliar su proyección global.
Por primera vez en la historia del país, más de un centenar de profesionales del cine uruguayo se reunieron en el Centro Cultural de España para fundar la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas del Uruguay. Con una votación unánime se aprobaron los estatutos y se conformó la comisión directiva.
Daniel Fernández Vaga, uno de los miembros fundadores y referente del sector, estuvo en Info24 para explicar el alcance de esta iniciativa y los desafíos actuales del sector.
Según explicó, la academia cumple con funciones claves como la selección de películas que representan al país en festivales internacionales y la posibilidad de organizar premiaciones nacionales.
Además, busca mejorar la profesionalización del sector, generar espacios de formación y ser un punto de encuentro entre las distintas ramas de la actividad. “Es un faro, me parece, es una señal”, apuntó sobre la relevancia simbólica de la fundación.
Sin embargo, Fernández Vaga subrayó que la creación de la academia no resuelve los problemas estructurales del cine uruguayo. “Tenemos academia, pero no tenemos instituto”, señaló en referencia a la eliminación del Instituto Nacional del Cine y el Audiovisual (ICAU) durante la administración anterior.
Para él, ese cambio representó “un cambio de rumbo muy importante ideológico” y dejó al sector sin un ente rector que defina una política pública sólida para el audiovisual.
También detalló cómo, tras la pandemia, el país recibió un volumen importante de producciones internacionales, pero advirtió que esto no siempre se traduce en desarrollo local. “Si solo hacemos eso somos una maquilera de servicio, no somos una productora de cine”, sostuvo, en alusión al modelo de producción basado en el alquiler de locaciones y servicios técnicos sin generación de propiedad intelectual nacional.
El actual contexto, según el entrevistado, combina un alto nivel de actividad con un marco laboral precario. “Somos eventuales. Cuando hay trabajo, trabajamos. Y cuando trabajamos, nos pagan”, resumió, a la vez que destacó que más del 70 % del sector se vincula a través de empresas unipersonales.
Para Fernández Vaga, lo que se necesita es una política de largo plazo y mayor compromiso institucional. “Los que asignan fondos muchas veces son resolvedores circunstanciales”, expresó, y consideró que debe haber una mirada estratégica que trascienda los períodos electorales.