Hoy es Viernes, hace calor, es 11 del 11 del 22. Entonces no me queda otra opción que leerles el tarot. La esotérica me lo pide, los sueños que vengo teniendo y sumado a la intuición de que estamos frente a un portal energético que queda reverberando días después de que hay luna llena con eclipse. Un golpe de misticismo, una caída de la racionalidad, un sismo vital, son algunas de las cosas que siento que estamos enfrentando en este momento. Y me tomo el atrevimiento de hablar por todos y todas porque realmente lo he observado detenidamente estos días y necesitaba compartirlo.
¿Cómo se sintieron desde el lunes hasta hoy? Se enteraron de algo que no les cerró del todo o les ayudó a darse cuenta de algo? Se angustiaron por un tema que parecía haber quedado en el pasado? Sintieron un deseo nuevo, extraño que no sabían que tenían? Escucharon acaso repetirse una misma palabra más de tres veces en un día?
Bien. Si algunas de estas cosas les pasaron, claramente están bajo la influencia del portal astrológico del que les mencioné, no intenten googlearlo porque no lo dice la astrología específicamente. Es algo que estoy vibrando como una certeza. Y cuando pasan estas cosas es urgente atenderlas, y darle al icc colectivo lo que está pidiendo. TAROT.
Y siguiendo con la línea de esta intuición rara, me levanté hoy y pensé: hoy tengo que llevar el Tarot egipcio. Si. Si. ¿Por qué? No sé. Pero una voz me dijo que estas cartas hoy, nos podría a ayudar a atravesar ese portal energético, develando quizás algunos enigmas o dejando caer algunos velos, o tan solo y simplemente tirándonos pistas de por donde agarrar. La verdad es que lo tengo hace poco tiempo, y nos conocemos poco. Lo respeto mucho porque su historia es muy mágica y se podría considerar uno de los primeros tarot de adivinación. Su origen proviene del Antiguo Egipto, del “libro de Tot”. El Dios Egipcio, Dios de la sabiduría regaló a su pueblo unas láminas de papiro de oro puro que contenían los grandes secretos de la humanidad. Este regalo fue guardado en una cajita y arrojado al fondo del río Nilo. Hacia el año 2.600 a. C. se encontraron 78 láminas de oro en el interior de una pirámide de Giza, a las afueras de El Cairo.
Al gran rey de Egipto Hermes se le llegó a considerar la encarnación de dicho Dios, y que por ese motivo tradujo las enseñanzas del libro del Tot a las cartas. Lo poco que sabemos sobre esto es que no era tomado como un juego únicamente como sucedía en Italia y Francia, sino que era consultado por los faraones del antiguo Egipto, quienes acudían a sus sacerdotes para interpretar a los astros y adivinar su futuro.
Sin más que agregar, creo que hoy sí podemos entregarnos a los poderes exclusivamente adivinatorios del tarot, porque es lo que Egipto nos puede ofrecer.
Preparen sus preguntas, cuanto más concretas mejor. Aquí barajamos su oráculo con la seriedad que caracteriza a la casa y el éter se contamina de desierto y pirámides para recibir sus pedidos. Damos comienzo a esta ceremonia adivinatoria, les escuchamos…
Chukran (mutachaker khâles)