"Hay una necesidad de consustanciarse con el barrio, queremos que este lugar permanezca como un lugar iluminado y no como un lugar oscuro", explicó Antonia Yáñez.
Al cierre de mayo, Mes de la Memoria, Nada que perder recibió a Antonia Yáñez, expresa política e integrante del Sitio de Memoria La Tablada, centro clandestino de detención y tortura en Montevideo, y también a María Julia Izaguirre, miembro de la asociación civil Ágora del sitio Los Vagones en el departamento de Canelones, otro lugar de represión en la última dictadura uruguaya.
Los Sitios de Memoria son espacios físicos que durante el régimen dictatorial fueron utilizados para la represión de ciudadanos y ciudadanas, explicó Izaguirre, pero también abarcan aquellos espacios donde hubo resistencia y son reconocidos por las comunidades como constructores y difusores de memoria, según lo establece la ley 19.641 de 2018. Uruguay cuenta con 19 Sitios de Memoria reconocidos oficialmente.
La Tablada funcionó como centro clandestino desde enero de 1977 hasta 1983 inclusive, y fue conocido en la jerga militar como Base Roberto. Se estima que entre 200 y 400 personas permanecieron secuestradas allí por algunas semanas o meses. "Cuando uno entra en La Tablada por primera vez toma dimensión de lo que fue", señaló Yáñez, que estuvo detenida en ese lugar desde diciembre de 1981 hasta junio del año siguiente.
"La memoria nos puede ayudar a que realmente la sociedad se comprometa y no nos permitamos una situación de autoritarismo, pero también es cierto que la gente vive situaciones muy críticas", dijo Yáñez en referencia a las comunidades de Lezica y Melilla, donde se encuentra La Tablada en Montevideo. "Hay una necesidad de consustanciarse con el barrio, queremos que este lugar permanezca como un lugar iluminado y no como un lugar oscuro", subrayó.
En el caso de Los Vagones, en el barrio Olímpico de Canelones, Izaguirre señaló que se fueron efectivamente vagones de carga del ferrocarril, de más de 9 metros de largo, utilizados por la dictadura como "refuerzo" de las instalaciones ya existentes para secuestrar, interrogar y torturar a militantes sociales y políticos. Estuvieron emplazados en dos áreas diferentes pero cercanas entre sí.
De acuerdo con la Asociación Ágora - Identidad, Derechos Humanos y Memoria Canaria, de la que Izaguirre forma parte desde su formación en 2016, esos tres vagones fueron gestionados por la policía del departamento entre 1975 y 1979. "Estos espacios habían estado invisibilizados durante más de 40 años", enfatizó.
"Los Vagones al igual que otros sitios del interior del país permiten visibilizar que la represión no se centró exclusivamente en Montevideo y eso es muy importante incluso para la historiografía, que había desconocido estos espacios a nivel de investigaciones de la Universidad de la República", remarcó Izaguirre.
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