Para el senador, la firma del contrato con el consorcio privado por parte del anterior presidente poco antes de abandonar el cargo fue una acción que “ataba de manos al gobierno entrante”.
El senador del Frente Amplio (FA) Sebastián Sabini valoró positivamente el acuerdo alcanzado por el Poder Ejecutivo con el consorcio Aguas de Montevideo para dejar sin efecto la construcción del proyecto Neptuno, promovido durante el anterior gobierno.
En su lugar, se avanzará en obras de abastecimiento desde la cuenca del río Santa Lucía, entre ellas una reserva de agua dulce en Casupá.
Sabini explicó a Info24 que el FA había manifestado reiteradamente objeciones al proyecto de Arazatí, principalmente por razones económicas, ambientales y técnicas. Además, destacó que esta decisión reduce significativamente los costos respecto al proyecto anterior y elimina objeciones legales, dado que la gestión de las nuevas infraestructuras quedará en manos de OSE.
Desde la oposición se cuestionó el cambio de rumbo y el expresidente Luis Lacalle Pou calificó la resolución del gobierno de Orsi como “netamente política y técnicamente desacertada”.
Al respecto, Sabini sostuvo que toda decisión de gobierno es política, aunque respaldada por fundamentos técnicos. Señaló que el propio gobierno anterior había recibido informes que cuestionaban la viabilidad del proyecto Arazatí frente a crisis hídricas.
“Lo que no acepta Lacalle es que ya no tiene las riendas del gobierno”, afirmó Sabini, y agregó: “Esto tiene toda la legitimidad de un gobierno electo democráticamente y de un gobierno que está haciendo lo que dijo que iba a hacer”.
Para el legislador, la firma del contrato con el consorcio privado por parte del anterior presidente poco antes de abandonar el cargo fue una acción que “ataba de manos al gobierno entrante”. Y añadió: “Da la sensación de que esa firma fue bastante caprichosa”.
Sobre el Diálogo Social
El senador también criticó la negativa de los partidos Nacional y Colorado a participar del Diálogo Social convocado por el gobierno. En tal sentido, consideró que los argumentos esgrimidos para rechazar la invitación fueron “bastante débiles” y que la ausencia de esas fuerzas políticas en instancias de construcción colectiva afecta la posibilidad de generar acuerdos duraderos. “Me duele que una parte del sistema político se niegue a dialogar”, expresó.
Sabini defendió el enfoque integral del diálogo propuesto por el gobierno, que no se limita a las pensiones y jubilaciones, sino que incluye cuestiones como infancia, discapacidad y cuidados.
En su opinión, la reforma previsional anterior fue parcial, y por eso el actual proceso tiene otro alcance. “Un diálogo social supone discutir cuál es la matriz de protección social de una sociedad y hacia dónde está dirigiendo los esfuerzos de protección”, puntualizó.
Asimismo, el legislador reconoció que existen distintas actitudes dentro de la oposición y señaló que algunos sectores se han mostrado proclives al diálogo, como Cabildo Abierto y ciertos actores del Partido Colorado, con Pedro Bordaberry, mientras que otros mantienen una postura de confrontación sistemática.
“Hay una parte de la oposición que es absolutamente cerrada, que no importa lo que hagamos, van a estar en contra. Y hay otra parte de la oposición que tiene otra actitud mucho más constructiva de entender que las elecciones ya pasaron y que tenemos cinco años por delante y que no se puede estar en un griterío constante”, concluyó.