Para el sociólogo e investigador Diego Rodríguez, “el éxito de la política del control de tabaco se muestra, justamente, en cómo bajó la prevalencia” entre 2001 y 2019, cuando la cifra cayó de 35 a 20 %.
El reciente anuncio del gobierno de derogar dos decretos vinculados al empaquetado de cigarrillos y la comercialización de dispositivos electrónicos de tabaco fue bien recibido por la comunidad académica y organizaciones de la sociedad civil. El sociólogo e investigador del Centro de Investigación para la Epidemia de Tabaquismo, Diego Rodríguez, valoró positivamente la decisión y resaltó la importancia de retomar un enfoque basado en la evidencia científica.
“Que un gobierno tenga la audacia de tomar estas medidas, para nosotros es muy valioso y va en la línea, además, de tomar medidas en base a evidencia científica”, manifestó Rodríguez en diálogo con Nada que perder.
Además, el entrevistado explicó que desde la sociedad civil se habían promovido acciones legales para impedir la aplicación de los decretos durante el gobierno de Lacalle Pou. Uno de ellos, que modificaba el empaquetado neutro, fue judicializado y no llegó a aplicarse. El otro, relacionado con los productos de tabaco calentado, sí fue aprobado, aunque “la industria nunca lo utilizó”.
El investigador también destacó que todos los partidos políticos han tenido figuras que han apoyado la lucha contra el tabaquismo, pero afirmó que “no fue el caso del expresidente Lacalle Pou, está claro”. Asimismo, dijo que el cambio de rumbo actual “va en la línea, además, de tomar medidas en base a evidencia científica”.
En la entrevista, Rodríguez destacó el papel que tuvo el primer gobierno de Tabaré Vázquez, quien tuvo “la audacia” de tomar medidas antitabaco, “porque es muy fácil favorecer a las tabacaleras” y “es muy difícil proteger la salud”.
Un punto clave abordado fue la fiscalización y, según el entrevistado, durante el gobierno anterior se debilitó considerablemente el control sobre el cumplimiento de la normativa antitabaco. “La fiscalización cayó a menos de la mitad”, detalló, y explicó que el Ministerio de Salud Pública no renovó el contrato con una cooperativa de extrabajadores de la empresa tabacalera Philip Morris que realizaba tareas de fiscalización y educación.
Respecto al contrabando, sostuvo que la flexibilización de las políticas contribuyó a su aumento. “El 21 % de las personas que consumen cigarrillos lo consumen de contrabando”, aseguró, y señaló que, durante el período “donde más se aplicó la política de control de tabaco, la cifra de contrabando andaba en un entorno de 12 %”.
El sociólogo también se refirió a la evolución del consumo en el país y aseguró que “el éxito de la política del control de tabaco se muestra, justamente, en cómo bajó la prevalencia” entre 2001 y 2019. Rodríguez informó que la prevalencia en el 2001 estaba en un 35 %, aproximadamente, en personas mayores de 15 años, mientras que en el 2019 se ubicó en un 20 %, es decir, “del 2019 para acá se estancó”. Para el investigador, “está claro” que las flexibilizaciones que promovió el gobierno anterior tuvieron efecto directo sobre esas cifras que aumentaron.
Acerca de los dispositivos electrónicos como vapeadores, Rodríguez explicó que se trata de “un producto nuevo” y que “no se tiene total dimensión de los efectos” adversos que puede generar, ya que “todavía se están descubriendo nuevos efectos”. No obstante, opinó que en Uruguay fueron “unos adelantados en el tema”, ya que “se prohibió para que eso no se popularizara o se se hiciera masivo el consumo”. Consultado sobre si los dispositivos electrónicos ayudan a dejar de fumar, el investigador fue categórico: “no, eso está claro”.
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