El famoso dilema de Tucídides puede darnos pistas para entender los diferentes caminos que parecen asumir los principales potenciales actuales.
Mientras la China prioriza acuerdos comerciales y grandes inversiones en el mundo entero, EEUU apunta a la destrucción del sistema global del cual ha sido el principal arquitecto y usuario.
Ello explica que prefiera hablar de guerra en lugar de defensa y el uso político de instrumentos comerciales como los aranceles. La situación es altamente riesgosa, en especial para los países más cercanos a la potencia en decadencia.