El INC nació bajo la idea de garantizar “la función social de la tierra”, es decir, “que no solo sea una cuestión de que quienes tienen capacidad económica para comprar accedan a la tierra”, explicó el sociólogo Agustín Juncal.
La compra por parte del Instituto Nacional de Colonización (INC) de la estancia María Dolores, en el departamento de Florida, por más de 32 millones de dólares, reavivó el debate en torno al papel del organismo. Para comprender sus raíces y las tensiones ideológicas que lo atraviesan, el sociólogo Agustín Juncal repasó en Nada que perder el origen y evolución de las políticas de tierras en Uruguay.
Según explicó, aunque el INC fue creado en 1948 mediante la ley 11.029, “la acción del Estado interviniendo en el mercado de tierras, es decir, comprando tierras para hacer procesos colonizadores, empieza a comienzos del siglo XX”.
En esta época, el primer batllismo impulsó diversas iniciativas a través de comisiones de colonización. En ese contexto se abordaba el problema del latifundio improductivo, con propuestas como gravar la tierra para redistribuir el valor.
A partir de 1923, con la creación de la sección de Fomento Rural y Colonización en el Banco Hipotecario, se promovió la venta de tierras mediante créditos hipotecarios. Sin embargo, esta estrategia se debilitó hacia los años treinta y la dictadura de Gabriel Terra interrumpió los debates al respecto. Recién en 1945, el Congreso de Colonización que se realizó en Paysandú reactivó la discusión, lo que derivó en la creación del INC.
La ley 11.029 fue producto de un acuerdo entre dos posturas. “Ni el batllismo consigue lo que quería, que era que toda la propiedad fuera estatal, ni tampoco predomina la idea del herrerismo de que el Estado no cree ningún instrumento de intervención”, explicó Juncal y añadió que así nació el INC, como un ente autónomo y con autonomía financiera, bajo la idea de garantizar “la función social de la tierra”, es decir, “que no solo sea una cuestión de que quienes tienen capacidad económica para comprar accedan a la tierra”.
En este sentido, el INC fue concebido como una vía para “contrarrestar esta tendencia a la concentración ya en esa época” y el sociólogo explicó que, con el paso del tiempo, el concepto de colonización fue variando según el gobierno de turno.
“Ha existido, entonces, desde el comienzo una batalla ideológica como trasfondo de esta discusión”, dijo Juncal, en línea con declaraciones del actual presidente Yamandú Orsi, quien afirmó que “quienes siempre estuvieron en contra de colonización van a buscarle la vuelta este para que esto caiga”.
Esa disputa ideológica no es nueva. Juncal señaló que ya estaba presente en los debates parlamentarios de principios del siglo XX. “Vamos a 1913 y 1916 y vamos a tener la misma discusión más o menos que ahora”, sostuvo. En ese entonces, batllistas como Justino Zavala Muniz se oponían a la propiedad de los colonos: “Quiere que la tierra sea del Estado y que el usufructo sea de los colonos, sí, pero la tierra del Estado”, puntualizó el sociólogo.
Juncal observó que “los actores se van moviendo”, pero que la discusión sobre si el Estado debe intervenir o poseer tierras se mantiene vigente. Aunque el contexto actual introduce nuevos elementos como la extranjerización, el sociólogo aclaró que en el origen del INC esa no era una preocupación. “Hay muchas discusiones que tienen una continuidad histórica que son relevantes para el presente también”, concluyó.