Este miércoles 30 a las 21:30 horas se enfrentaron Peñarol y Botafogo en el Estadio Centenario por el partido de vuelta de semifinales de la Copa Libertadores. Fue victoria para el Carbonero, pero no alcanzó para pasar a la final.
En el primer tiempo Peñarol arrancó como una tromba: tuvo a Botafogo contra su arco en la mayor cantidad de minutos, tuvo la pelota y las chances. Pero logró un sol gol. La suerte tampoco estuvo de su lado.
Peñarol tuvo su oportunidad a los cinco minutos de juego, tras centro de Leo Fernández, pieza fundamental en los primeros 45 minutos, que Báez cruza de primera pero afuera. Era el aviso de lo que vendría.
Sequeira lo tuvo a los 17 luego de un centro a la olla, en la que la pelota le queda, remata de primera y va al córner. Dos minutos más tarde Rodrigo Pérez erra un cabezazo luego de una volea de Olivera por izquierda.
A los 21 avisaba el Fogao que condiciones para lastimar tenía. Un tiro libre de Telles pasó muy cerca del ángulo superior izquierdo de Aguerre.
Pero minutos más tarde, a los 30, Jaime Báez hace justicia y pone el primero. Pase de Leo Fernández, Báez la mata con el pecho, avanza desde fuera del área grande, lejos del arco, y con un cañón en la pierna dispara al arco. Inatajable, al ángulo y 1-0. Peñarol se anima y Botafogo siente el impacto.
Tres minutos más tarde Peñarol pudo haber ampliado la diferencia. Córner, cabecea Rodrigo Pérez y da en el palo. Fue el mismo jugador del Carbonero que cabecea en otro tiro de esquina, pero esta vez ataja un exigido golero. Una primera parte en la que Peñarol mereció y necesitó hacer otro gol para echar el resto. Lamentablemente Aguerre cometió una infracción a los ojos del árbitro cuando se iban a los vestuarios y fue expulsado.
Peñarol quedaba con 10 y eso lo condicionó para el resto del partido.
Sin embargo, esta desventaja que tampoco duró mucho tiempo porque el lateral derecho uruguayo que milita en el Fogao, Mateo Ponte, fue expulsado a los 69 por dos faltas seguidas e inútiles.
En el segundo tiempo Peñarol fue todo corazón y entrega, fiel a su histórico estilo, llevó a un duro rival contra su arco e hizo respetar la localía en el Centenario.
Jaime Báez a los 65 con otro golazo, la pone con su derecha a la izquierda del golero carioca y Batista, que ingresó en el segundo tiempo, puso a los 89 el tercero, casi de forma inmediata al descuento del argentino Thiago Almada que un minuto antes había sentenciado absolutamente el partido en un contra mortal.
Peñarol deja la Libertadores con la cabeza en alto, gracias a otra buena dirección técnica de Diego Aguirre y a la calidad y entrega de sus jugadores que honraron la histórica Copa Libertadores.
Ahora la final de copa será entre dos brasileños: Atlético Mineiro y Botafogo, en el Monumental de Núñez, el 30 de noviembre.