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El diálogo en la educación

Pablo Caggiani, próximo titular de la Anep: abrir “hasta las ventanas” para llegar a los acuerdos que la educación uruguaya necesita

Pablo Caggiani, próximo presidente de la ANEP. Foto: Mauricio Zina / AdHoc / Archivo.

“Los desafíos de Uruguay en materia educativa no van a ser resueltos por un solo gobierno o por un solo partido”, precisó el próximo presidente de la Administración Nacional de Educación Pública (Anep), Pablo Caggiani, en diálogo con M24.

La transición en el sector educativo “viene bien”, indicó el próximo titular de la Anep, Pablo Caggiani, en diálogo con Nada Que Perder (lunes a viernes desde las 09h. por M24 en el horario de verano). En breve se reunirá con la presidenta actual, Virginia Cáceres, para profundizar la transición de gobierno. Adelantó que también se reunirá con Adriana Aristimuño, quien encabezó la “transformación curricular” en esta administración hasta 2024.

En la entrevista, habló sobre los principales indicadores que afectan a la educación; la pobreza infantil, que afecta al desarrollo de las infancias; los temas de convivencia y seguridad, con estudiantes inseguros incluso dentro de los centros educativos, así como los cambios en los trayectos desde los hogares hasta los centros educativos.

Cobertura, primera infancia, tiempo completo, inequidades, culminación de estudios, acceso a la educación terciaria, son otros asuntos de preocupación para las autoridades designadas.

La administración de la educación de los próximos cinco años debe tener las puertas y las ventanas abiertas

La participación es un elemento central en las políticas educativas, tanto para docentes, estudiantes, la comunidad y las familias, estableció Caggiani. Estos espacios dan cuenta de lo complejo del hecho educativo. En la gestión actual, los cambios fueron introducidos mediante el principio de autoridad: “nosotros ganamos las elecciones, ganamos para esto”. Pero esto ha producido efectos negativos, que se subsanan, propuso Caggiani, cuando hay espacios para conversar, corregir o advertir.

“La administración de la educación de los próximos cinco años debe tener las puertas y las ventanas abiertas, porque los desafíos de Uruguay en materia educativa no van a ser resueltos por un solo gobierno o por un solo partido”, definió, ya que, en un momento de transición demográfica y estancamiento educativo, la educación tiene relación estrecha con la viabilidad del Uruguay.

Faltaron acuerdos en los últimos cinco años no solamente a nivel educativo, como en la renovación de los organismos de contralor. En este 2025, se requerirán mayorías para aprobar cuestiones muy relevantes a nivel del país, como el Presupuesto Quinquenal. “A priori, entiendo que hay algunos temas más grandes que corregir algunas cuestiones de la LUC”, estableció. Y es muy razonable que una bancada priorice algunos proyectos para llegar a mayorías especiales y, por otro lado, buscar que lo educativo esté lejos del “berrodo electoralista”.

Y en este último capítulo, especificó: propuestas para la primera infancia, más escuelas de tiempo completo, más educación terciaria en el interior, son cuestiones con las que nadie diría que no. Pero, ¿cómo se financia? Si algunos temas salen del “combate electoral” es probable que Uruguay vuelva a hacer algo que años atrás hizo: acuerdos políticos de largo plazo como la formación de la UTEC, la CONAPRO de la salida de la dictadura, lo elaborado por la CIDE. Por ejemplo, la propuesta de la educación de jornada completa viene desde los años 1960, justamente, con la CIDE.

Orsi, Mahia, y él están alineados en la formación de grandes acuerdos políticos en materia educativa. Ya tuvimos distintos gobiernos de la educación y los principales problemas siguen ahí. “El talante es de diálogo pero, además, la vocación es de mucha humildad. Vamos a estar 60 meses en esto, en ese plazo no se va a resolver, pero sí podemos reforzar estos acuerdos que están en la ciudadanía, en el sistema político, en los actores sociales”, explicó Caggiani.

Se podrá avanzar en primera infancia, duplicar tiempo completo y extendido, equidad de aprendizaje, abrir muchos lugares para estudiar en el nivel terciario. En este último punto, identificó una “oportunidad hermosa” para poner lo educativo en la discusión política de forma protegida de la cuestión electoral. Otras discusiones se expresarán en este cambio de gobierno. Por ejemplo, la educación sexual integral o la historia reciente.

“La estructura de valores de una sociedad es parte de lo que el sistema educativo tiene que difundir”

“A priori, la buena política educativa no toma de rehenes a los estudiantes y los docentes”, señaló Caggiani. Este próximo ciclo lectivo sigue la transformación educativa porque otra cosa “sería una burrada”. Pero marcó la oportunidad para recuperar la discusión sobre las cosas que se plantearon.

Hay otras discusiones de tipo técnico. “Si un centro privado que los padres inscriben a sus gurises por determinada metodología, la transformación no puede negarle la libertad de enseñar y aprender de esa manera en ese centro”, ejemplificó.

Recordó que el último gobierno del Frente Amplio intentó establecer una trayectoria educativa desde los 3 años a los 18 años. La reforma del programa abrió la posibilidad de pensar qué tienen que conocer. “Esto es algo a preservar”, analizó.

Después, el gobierno actual se llevó cosas importantes: “la discusión ciudadana define que una escuela aquí es diferente a una de Beijing, porque ahí no está solo la ciencia o el arte sino también los valores que hacen al ´nosotros´; todo esto, la ciudadanía no tuvo oportunidad” de decir algo. Por tanto, si un gobierno quiere construir acuerdos con amplia base ciudadana, tiene que abrir la discusión para dejar entrar a esas voces”.

“La estructura de valores de una sociedad es parte de lo que el sistema educativo tiene que difundir”, definió Caggiani.

El año 2026 será clave para comenzar a tomar definiciones. Sobre todo, por los impactos en la tarea cotidiana docente. “Si te pido que llenes papeles que no sirve para mucho más que controlar, si no se toman decisiones con esa información, si tomás mucho tiempo en eso, yo estoy perdiendo un tiempo precioso para el relacionamiento y los tengo haciendo planillas; para marzo hay que producir algunos cambios”.

En cuanto al Congreso, no podría estar en el primer año de gobierno, pero destacó que sería un espacio para ubicar las problemáticas educativas y también de las imágenes de futuro en términos de sociedad, desarrollo, cultura, valores. “La riqueza de eso está ahí; nos pasó que muchos de los que participamos en los Congresos no se le dio mucha pelota, eso lo tenemos que corregir”.

Ausentismo educativo

La pandemia desparramó todo, como el ausentismo educativo. Después, algunas cuestiones siguieron creciendo a pesar de las acciones de las autoridades. No es un tema solamente de estudiantes vulnerables porque también se observa en sectores más altos, puntualizó Caggiani.

Hay una serie de cuestiones que conspira contra la asistencia, como la visita a los médicos y odontólogos que se podrían hacer a contraturno escolar, las salidas de los fines de semana, por ejemplo. En el medio rural la incidencia del clima es significativa. O las cuestiones de política pública departamental, como las paradas de buses o los horarios de las líneas de transporte.

En educación inicial es “razonablemente peor”, indicó. “Tiene 3 años, empieza el jardín, mirá el frío que hace, se va a mojar, dejalo…, creo que hay que trabajar en lo importante de ir al jardín”, analizó.

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