El País de Madrid analiza la proyección internacional del nuevo mandatario, quien lleva al exterior “el clima de respeto institucional que imprimieron líderes como Pepe Mujica”
El presidente Yamandú Orsi inició esta semana su primera gira internacional con el objetivo de proyectar el “modelo uruguayo de convivencia democrática” y respeto institucional. Así lo destaca El País de Madrid en un artículo en el que analiza la proyección internacional del nuevo mandatario, quien lleva al exterior “el clima de respeto institucional que imprimieron líderes como Pepe Mujica”.
La participación de Orsi en la Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo Sostenible en Sevilla marcó el inicio de una agenda que sigue este miércoles en la cumbre del Mercosur en Buenos Aires y en la reunión de los BRICS en Río de Janeiro.
En su análisis, el periódico español repasa el simbolismo de esta gira internacional, que coincide con el reciente fallecimiento de Mujica, quien en su último acto público en conmemoración de los 40 años de democracia, —y donde estaban presentes todos los expresidentes de los diferentes partidos— recordó: “Podemos tener diferencias y podemos convivir, porque ¿para qué se precisa la libertad? Para discrepar”. Orsi, que en ese mismo evento reafirmó la importancia del debate político y la convivencia, retoma ahora esa bandera en su debut en la escena global.
En la capital argentina, consultado por la prensa sobre esta concepción de “convivencia democrática”, el presidente afirmó que le ha sorprendido “el valor que tiene la previsibilidad o las reglas del juego que se cumplen en Uruguay”.
Según explicó, cuando un inversor o una persona decide radicarse en el país, lo primero que destacan es que existen “reglas de juego” y “cumplimiento de las leyes en Uruguay”, pero también valoran “una relación de continuidad y de tranquilidad política que también es tenida en cuenta cuando alguien decide invertir”. Orsi agregó que esto constituye “un activo que los uruguayos no sé si somos del todo conscientes del valor que tiene”.
La nota recoge también el aporte del sociólogo Eduardo de León, quien destaca que Uruguay cuenta con un sistema de partidos fuertes y una cultura cívica sólida. Según De León, “es un sistema de partidos fuertes con una capacidad de representación social muy grande y estable”, lo que ha permitido sostener una democracia robusta a lo largo de las décadas.
De León subraya que Orsi no es un “accidente”, sino el resultado de una línea inclusiva que definió a la izquierda uruguaya, especialmente con líderes como Tabaré Vázquez y el propio Mujica. “Mujica vio en Orsi a un intendente muy eficiente en la gestión, muy pragmático y negociador”, afirma el sociólogo.
Por su parte, la politóloga Camila Zeballos advierte al diario español que, si bien Uruguay se destaca por su convivencia democrática, es importante no idealizarla. “Uruguay logra esta convivencia democrática después de mucho tiempo y es admirable en términos regionales e internacionales, pero sería bueno empezar a discutir cuán sanos salimos de la dictadura”, señala. Para Zeballos, la democracia requiere de “gestos, palabras y relatos”, pero también necesita “hechos de políticas públicas” concretas para atender problemas estructurales como la pobreza infantil, la inseguridad y el avance del narcotráfico.
El propio Orsi, consciente de esos desafíos, remarcó en la presentación del centro educativo Tumo hace pocas semanas: “El que piense que voy a gobernar pateando todas las estanterías, que espere sentado”, en referencia a su estilo moderado y negociador. Esta forma de liderazgo será clave en la discusión del presupuesto quinquenal que llegará al Parlamento en agosto, donde el oficialismo no tiene mayoría.
Además, la política exterior de Uruguay aparece como un terreno sensible y estratégico. De León apunta que la tradición diplomática uruguaya se basa en la neutralidad con valores, diferenciándose de posturas más ideológicas en la región. “Uruguay tiene una fuerte tradición de solución de controversias, de mediación y compromiso con la paz; este gobierno quiere involucrarse más activamente en esos procesos, desde una postura de neutralidad con valores”, resume.
En la misma línea, Zeballos menciona la cautela del gobierno uruguayo frente a conflictos internacionales, como el caso de Gaza, donde Orsi y el canciller Lubetkin evitaron usar el término “genocidio”. Para la politóloga, esta cautela responde a una estrategia de no tensionar la base electoral ni aislarse en el plano internacional.