Ningún estado democrático puede, aún bajo el derecho “legítimo” de defensa contra el terrorismo, “ejercer la barbarie” contra civiles, definió el mandatario en la ONU.
“Toda guerra es criminal, sin importar dónde ocurra, sin importar el Dios que se invoque para justificarla, y merecerá siempre nuestra más visceral condena”, afirmó el presidente Yamandú Orsi en su discurso ante la 80ª Asamblea General de la ONU, este martes. “Que quede claro: condenamos toda forma de terrorismo”, afirmó Orsi.
El presidente puntualizó que “ningún Estado que se precie de democrático y de vivir bajo el mandato del derecho internacional puede, aun bajo el legítimo derecho de defenderse contra el terrorismo, ejercer la barbarie sobre ninguna población civil, menos aún contra personas especialmente vulnerables e indefensas", en alusión a la devastadora respuesta militar israelí en Gaza desde los ataques perpetrados por Hamás el 7 de octubre de 2023.
Por otra parte, aseveró que “el objetivo central en las guerras actuales pareciera ser la práctica sistemática del exterminio”. Y sentenció: “El fin nunca justificó los medios”.
“Bien conocidas son nuestras posturas históricas con respecto a los principales conflictos a escala mundial, en especial el que se desarrolla en Oriente Medio”, dijo Orsi en referencia a la solución de los dos Estados, uno israelí y otro palestino, bajo la coexistencia pacífica en el marco del derecho internacional.
El mandatario instó a implementar las recomendaciones de la ONU, la suspensión inmediata de las operaciones militares en Gaza y la liberación de los rehenes israelíes.
Orsi reconoció que “toda nación tiene derecho a un territorio y a un gobierno propios”, así como el “derecho a establecer un nivel de autodeterminación que le permita la convivencia con los demás pueblos”, con la ONU como garante.
El presidente recordó que el Índice Global de Paz identificó en 2023 un total de “59 conflictos interestatales, el número más alto desde el fin de la Segunda Guerra Mundial”. En 2024, añadió Orsi, el gasto militar global aumentó un 10%, unos 2.7 millones de dólares. A esto, sumó la incorporación de tecnología a las acciones militares, que profundizó la aplicación de “nuevas formas de crueldad y muerte”.
Asimismo, recordó el primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que proclama: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
“Cuán lejos estamos de nuestros propios principios y compromisos cuando vemos que la distancia entre quienes más tienen y quienes más sufren es cada vez mayor”, reflexionó y continuó diciendo: “Cuán lejos estamos del sentido humano cuando olvidamos que nuestra principal vocación debe estar del lado de las mayorías, poniendo oído ante cada problema o angustia de nuestro pueblo, y entendiendo a quien piensa distinto”.