Ojalá el gobierno reaccione y cambie de política, se necesita un shock de puestos de trabajo

En su espacio de reflexiones en M24 el expresidente José Mujica afirmó que “luego de la pandemia ningún problema es más fuerte” en nuestro país hoy día “que la falta de trabajo” y en ese sentido le recordó al gobierno que “el Estado tiene la responsabilidad, cuando las papas queman, de ayudar a abrir un frente por donde pueda transcurrir la iniciativa de la gente”.
Mujica inició su columna actuando “de ayuda memoria” para recordar que “en la última campaña electoral” mantuvo “una pequeña discusión pública con el señor economista Talvi”, quien “pregonaba y planteaba como un ejemplo (...) el modelo de la economía chilena”. El exmandatario “le decía” al candidato colorado que “aunque los números daban una visión positiva” del país trasandino, “desde el punto de vista social” Talvi “estaba equivocado” dado que “rompía los ojos en Chile la desigualdad lacerante”.
Y fue entonces, “a pocos días de esa pública discrepancia, donde recibí las críticas de algún senador chileno oficialista, que se produjo todo lo que conocemos que pasó en Chile”, es decir “una batahola que ha culminado en este proceso” en cuyo curso “se apresta a gestar una nueva Constitución, que seguramente será la contracara de esa Constitución (...) de la dictadura de Pinochet” que institucionalizó “el primer proyecto neoliberal” mundial.
A partir de ello Mujica puntualizó que si bien “en la economía se mueve como factor enormemente importante la inversión, no menos importante es la demanda, que en gran medida está ligada (...) al mercado interno y éste”, a su vez, “está ligado al poder adquisitivo de la gente y esto tiene mucho que ver con el salario, con el trabajo, la ocupación y con la distribución”.
En esa dirección, apuntó el líder del MPP, en nuestro país “muchísimas pymes están enormemente afectadas porque viven (...) de la facturación al mercado interno”, golpeado hoy día al mismo tiempo por “los efectos de la pandemia” y por “la rebaja salarial” simultánea a la disminución “del poder adquisitivo de las jubilaciones”. Y una consecuencia dramática de corto plazo de este proceso de retracción es la cantidad “de gente que por un trabajito de algunos meses, por un ingreso muy mínimo, se anota como si fuera un espléndido logro y lo hace porque está acuciada por la necesidad”.
Al respecto, advirtió Mujica, “asusta la cantidad de gente que se ha anotado a ver si pesca la posibilidad de este trabajito, que aunque un poco tarde, se acordó el gobierno” de ofrecer y “seguramente habrá que luchar por que se multiplique; no es una solución de largo plazo, es un remiendo, pero no hay que asustarse de poner remiendos en una situación como la actual; luego de la pandemia ningún problema es más fuerte, que golpea en la realidad del Uruguay, que la falta de trabajo, eso es el dilema que tenemos hoy”, anotó.
“Pero como se está acercando una nueva discusión salarial -alertó- ya me veo que va a haber una literatura que va a decir: ́no hay que discutir los salarios, hay que discutir el empleo, si los salarios suben menos trabajo vamos a tener ́”; acerca de este aviso, enfatizó que “no podemos poner en la misma bolsa, como se ha hecho, a todos los sectores de la economía, porque si se sigue con esa actitud, lo único que se hace es castigar al mercado interno; si a los jubilados se les quita poder adquisitivo, y vaya que son tantos en este país, si a los trabajadores públicos se les quita poder adquisitivo, si al comercio y a la industria que están trabajando se les quita poder adquisitivo, menos tendencia a aumentar el trabajo vamos a tener”.
Ya desde marzo del año pasado “el Uruguay se dio el lujo de que en un momento de pandemia, se instrumentó además una política de recortes y de ajuste, todo lo contrario a lo que está pasando en el mundo rico”; y resulta “evidente que cuanto más nos achicamos, más y más tendemos a achicar la economía y los puestos de trabajo, acentuamos el peso de la crisis”, graficó.
Frente a esa realidad, deseó el expresidente, “ojalá que el gobierno tenga la capacidad de reaccionar y de cambiar de frente y de política, todavía tiene tiempo, porque es evidente que se necesita un shock de puestos de trabajo que sacuda a la economía” y esto genere “un movimiento de arrastre” que ayude “a que el mundo privado haga pie y se pueda restablecer”, explicó.
“El Estado tiene la responsabilidad, cuando las papas queman, de ayudar a abrir un frente por donde pueda transcurrir la iniciativa de la gente; si esa iniciativa del Estado falta, el costo va a ser mayor, se va a demorar mucho más tiempo y tendrá un costo social infinitamente superior”, pronosticó.