14 de Mayo de 2025
El presidente de la Cámara de Representantes recordó a José Mujica como un líder auténtico y coherente, cuyo legado político y humano trasciende partidos.
En una jornada que describió como "intensa" y cargada de emociones, Sebastián Valdomir, presidente de la Cámara de Representantes y diputado por el MPP, compartió sus recuerdos personales y políticos sobre José Mujica, a quien definió como una figura “fuera de lo común” y con un legado que trasciende al Frente Amplio.
“Toda esta cantidad de gente para despedirlo es la síntesis del cariño que Pepe generó”, afirmó en una entrevista con M24, donde recordó cómo, durante la campaña del año pasado, a pesar del tratamiento que enfrentaba por su enfermedad, Mujica insistió en participar. “Llevaba su sillita”, y allí, en plazas y ferias, “la gente al verlo se arrimaba a sacarse alguna foto, a firmar una bandera, una camiseta”.
El vínculo de Valdomir con Mujica comenzó en 2005, año en que se integró al MPP, y rememoró que su primer cara a cara con el entonces ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca fue para una entrevista con una agencia brasilera. En esa instancia, Mujica hablaba sobre movimientos campesinos, agricultura familiar y el papel de América Latina.
Acerca de las charlas con él, Valdomir confesó: “siempre tenía que estar en tensión porque no sabía con qué iba a salir”. Mujica, con su estilo heterodoxo, nunca discutía para “matarte”, sino para “obligarnos a pensar un poquito más allá y fuera del esquema”.
El vínculo entre Valdomir y Mujica se fortaleció particularmente a partir de 2020, cuando el Frente Amplio pasó a la oposición y Valdomir asumió su banca en diputados tras la renuncia de Mujica al Senado, por lo que comenzaron a tener intercambios más frecuentes.
Al comienzo de este periodo, Valdomir llevó el borrador de su discurso para la asunción como presidente de la Cámara de Representantes y “Pepe también metió cuchara”. Aunque no vetaba contenidos, Mujica insistía en que se hablara sobre ciertos temas clave para él, como la necesidad de tender puentes con la oposición. “Hay que hablar”, decía, e impulsaba la idea de diálogo como herramienta esencial para la política.
Esa vocación por el consenso no siempre le fue fácil. Mujica se animaba a posiciones impopulares dentro de la izquierda, como su propuesta de diálogo con sectores que pudieran aportar información sobre detenidos desaparecidos. “La información que hoy no está para encontrar a los compañeros detenidos desaparecidos, alguien la tiene que proporcionar”, sostenía. Según Valdomir, su mirada estaba marcada por su propia historia como preso político, lo que le daba una perspectiva “intransferible”.
La coherencia fue, para Valdomir, otro de los pilares del legado de Mujica. Al releer entrevistas de los años 90, encontró frases y preocupaciones que Mujica sostenía aún en 2020: “Tenía una linealidad, una permanencia en sus preocupaciones y a veces hasta frases literales”.
El diputado atribuyó la popularidad de Mujica a su autenticidad y a que “nunca dejó de predicar lo que hacía” y recordó que “Pepe iba entre el 94 y el 2000 a una audición que tenía en Vergara [en el departamento de Treinta y Tres] dos veces por mes”, en un esfuerzo por llegar a los sectores rurales donde el Frente Amplio aún no tenía presencia fuerte.