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Los gurises y gurisas no pueden esperar

Niñas y niños tienen en la violencia en los barrios fuertes condicionantes para aprender en las escuelas, señalaron los docentes

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Escuela 183. Foto: Pablo Vignali / adhocFotos

Las condiciones de violencia en los entornos escolares y las familias están condicionando las capacidades de aprendizaje de los más pequeños. Así lo sintetizó la integrante de Ademu, Paola López, en diálogo con M24. Faltan psicólogos y asistentes sociales en las escuelas para colaborar en el trabajo con estos grupos, un poco también por la decisión estatal de recortes en el presupuesto, explicó.

Paola López, integrante de Ademu, explicó los alcances del comunicado emitido por este espacio sindical docente. En Nada Que Perder (lunes a viernes desde las 08:00 horas por M24) recordó que los entornos escolares pasan por situaciones complejas. El comunicado salió en el marco de un aumento de la violencia en varios barrios montevideanos, que dejan afectaciones en niñas, niños y adolescentes.

“Las autoridades dicen ‘qué podemos hacer nosotros si es en el afuera’. Pero, ¿cómo entendemos a las escuelas? Son parte de una comunidad, hay que asumir las responsabiliades del lugar donde se está y ese es el contexto en el cual estamos, bastante complejo”, señaló la docente.

“Estamos con situaciones bien complejas; es la violencia a los niveles más profundos las que estamos vivenciando, no simplemente un niño o niña que lo pueden arrebatar en el camino. Estamos hablando de asesinato, pérdida de referentes, sensibilidad que va siendo naturalizada con helicópteros, balaceras”, detalló.

El caso que provocó mayor conmoción fue el niño en el barrio Maracaná. Pero hay más casos que afectan a la composición familiar, con configuraciones de vínculos dentro de los hogares que, independientemente del negocio ilegal, son relaciones que se trasladan a la construcción de la personalidad del niño o la niña con quienes trabajan los docentes.

Asesinan a cuatro personas en el barrio Maracaná: entre las víctimas hay un niño

Las condiciones materiales y vulnerabilidades emocionales de los alumnos y alumnas suman a este condicionante que, claramente, afecta a la psiquis, lo emocional y lo que se transfiere luego en las capacidades de aprendizaje. “No hay miras a estrategias de corto, mediano o largo plazo”, explicitó López.

El niño de 11 años asesinado iba a la escuela 324 del barrio Maracaná

Hoy son niños, niñas y adolescentes; pero mañana serán ciudadanos, advirtió en la entrevista. Hay barrios atravesados por las condiciones del narcotráfico y el microtráfico. En otros, puntualizó, hay daños colaterales de ese narcomenudeo y que se extiende a otras formas delictivas que finalizan en heridos o fallecidos. López subrayó que los heridos también afectan al crecimiento de los hogares y las infancias.

El impacto en el desarrollo de niñas niños y adolescentes

Las condiciones para que se puedan aprender y enseñar forma parte de la preocupación de Ademu, con afectaciones básicas como la asistencia escolar, mencionó López. En estos barrios, ante una jornada compleja de violencia, la familia no lleva a sus hijas e hijos a la escuela. “Es la sensación de miedo y de cuidado”, explicó.

La periferia del área metropolitana es la más afectada. “Los identificás, no es uno ni dos”, señaló. Con un segundo año de implementación de la Transformación Educativa, “nosotros no vemos en las cuestiones de acciones pedagógicas, metodológicas, trabajo por proyectos y trabajar de forma integral, pero la centralidad del niño y la niña no es independiente de la situación familiar”.

En cuanto a la Transformación Educativa, en Primaria pasó por cambios que se redujeron en una transformación curricular con incoherencias en la selección de contenidos, en una autonomía docente que fue lesionada y en recortes presupuestarios.

“En las escuelas y también es una decisión de gobierno de no haber hecho determinadas inyecciones presupuestarias como, por ejemplo, en Escuelas Disfrutables, un proyecto que tenían equipos de psicólogos y asistentes sociales, actores sumamente importantes en estos momentos”, indicó la integrante de Ademu en la entrevista.

Las maestras agremiadas entienden que las condiciones de violencia en los entornos escolares y las familias están condicionando las capacidades de aprendizaje de los más pequeños.

Nacer, crecer y vincularse en entornos con prácticas determinadas, de “salir adelante a su manera”, son formas de “ser alguien”. Crecen con esa forma de vinculación. Se refuerza con las formas de parentesco y se fortalecen con los vínculos de amistad.

Son prácticas intransferibles, explicó López. En las escuelas, cuando se trabaja sobre las posibilidades educativas superiores como liceos o UTU, y las maestras presentan nuevas realidades para continuar creciendo; pero si tu contexto primario en tu barrio y la familia “se te manifiestan otras posibilidades”, es “muy difícil”, advirtió.

Las condiciones de crecimiento de niñas y niños y su nivel de desprotección son preocupaciones de Ademu. “Deben ser varios los actores estatales que deben construir una intervención sistemática”, señaló López, con la salud, la seguridad, las políticas sociales. En ese marco, remarcó que no pudieron reunirse con el Mides a pesar de solicitar encuentros.

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