El Parque Central de Montevideo fue una dura presión, un jugador número 12 en el partido entre Nacional y el San Pablo por la llave de octavos de final de la Copa Libertadores. Pero no fue suficiente porque los Tricolores desperdiciaron las dos jugadas más peligrosas del partido. San Pablo no remató al arco. Ya pocos mencionan el Mundial de Clubes.
El partido en el Parque Central comenzó con un Nacional apretando al visitante sobre la tribuna Abdón Porte, al arranque del encuentro. Zabala llevó la pelota al área chica y la despejó el central Wellington en la primera de peligro. A los 20 minutos, Olivera estuvo más despierto que dos paulistas en la medialuna del área y faltó poco para que sea un golazo contra el rincón de las arañas del lado izquierdo del arquero.
San Pablo buscó “pinchar” el partido, pero no tuvo ni volumen de juego ni pelotas peligrosas en el primer tiempo. De hecho, los registros marcaron 4 pelotas de peligro para Nacional y ninguna de los Brancos.
Según una comparación de Transfermark, la plantilla del San Pablo cuesta 88,80 millones de euros, mientras que la de Nacional llega a los 22,50 millones de euros. Esa diferencia no se observó, tampoco en el segundo tiempo.
Nacional no concretó goles a pesar de que mantuvo la pelota en la zona incómoda de San Pablo, bien cerca de su área. Por tanto, ingresaron Jeremía Recoba por Antonio Galeano. A los 63, Sebastián Coates irrumpió en el área para llevarse una pelota aérea que casi se convirtió en gol. A esa altura del partido, San Pablo empezó con el toque hacia los laterales de la cancha, bajó peligrosidad, tensiones y buscó filtrar pelotas. Como la de Johnatan Calleri y Luciano, que sacó del área Lozano de forma quirúrgica a los 69 minutos.
A los 73, la más clara del partido. Coates avanza con gallardía y envía la pelota a Lozano, que envía centro, cabecea Recoba y, otra vez, Zabala se apura y golpea mal la pelota, transformando un gol cantado en saque paulista.
Y finalmente entraron las incorporaciones: Herazo, “El Lukaku Colombiano”, y Nicolás “El Diente” López, por Zabala Castro y Bentancourt, de meritorio partido. A tres puntas, el técnico Martín Lasarte puso todo lo que tenía: sacó a Sanabria, de buen partido, e ingresó a Mauricio Pereyra.
A los 83 la presión sobre el arco de San Pablo era insoportable, con Lozano ingresando al área, amagando y golpeando la pelota de zurda, en jugada que prosiguió hasta que fue córner, sin peligro posterior.
Ya en los descuentos, el Diente fue a buscar una pelota a la mitad de la cancha y disparó a distancia. Fue la que tuvo. Después, el partido terminó de forma extraña: con un ataque de San Pablo.