Victoria del local este domingo 6 por 2 a 1 en el Gran Parque Central. Nacional mantiene el invicto en Clásicos durante este 2024 y se acerca a Peñarol en la Tabla Anual. Un partido con el viento a favor de cada equipo durante el partido, pero los Albos fueron mejores.
Un Clásico de domingo que fue jugado con la gallardía correspondiente a un Nacional vs Peñarol. Jeremía Recoba, de buen juego, fue de los que mejor manejó la pelota y, junto a las pelotas para los cabezazos Tricolores, dieron mayores posibilidades a Nacional en el arranque del partido. Los primeros 20 minutos fueron de los locales. Como el gran centro de Lozano para el cabezazo de Bentancourt que exigió a Aguerre.
Luego llegó el tiro de esquina de Recoba llegó a la zaga Carbonera que despejó mal y le permitió a Sanabria entregar el balón a Sebastián Coates, que se llenó el botín de cuero para el primer gol de Nacional. Mal marcado por parte de la defensa visitante, si no era Coates el gol hubiera sido de Bentancourt.
Después, entre los jugadores y la hinchada de Nacional se desvirtuaron las vibraciones del partido Clásico y varias pedradas cayeron en dirección al arquero de Peñarol que, en este caso, no presentó su habitual personalidad provocadora. No tenía margen. Roja para Mateo Antoni, suplente Tricolor, por gritarle el gol a su rival.
A medida que finalizaba el primer tiempo, Nacional se conectó mucho mejor, en especial su zona derecha, a partir del juego de Oliva y Lozano. Por esa zona estuvo Nicolás el Diente López, que remató a los 31 y exigió a Aguerre.
Segundo Tiempo con gol de Peñarol desde el túnel y un final de infarto
Y al comienzo del segundo tiempo, un disparo de Leonardo Fernández fue desviado por Gastón Ramírez para el empate Carbonero, en la primera jugada. Con aplomo, Peñarol buscó controlar la pelota y pasar los nervios al local. Un momento de grandes nervios fue la caída de Lozano producto del impacto contra Maximiliano Olivera, que finalizó con el cambio por Nicolás el Ojito Rodríguez.
La segunda de Gastón Ramírez fue un remate de larga distancia favorecido por el viento, a los 58. Y minutos después, fue sustituido por Aguirre. Leo Hernández, ingresado, junto a Lucas Hernández, otro que también ingresó, y Maxi Olivera protagonizaron la siguiente jugada de peligro a los 60 y 65, con el partido controlado por Peñarol.
La reacción de Martín Lasaret fue el ingreso de Antonio Galeano y Mauricio Pereyra por Recoba y Alexis Castro. A los 70, Polenta lanza una pelota que bajó Bentancourt y Sanabria infló las redes con gran remate, pero todo invalidado por posición adelantada.
Para el último tramo, Aguirre dio ingreso a Avenatti. Luego entró Rodrigo Pérez, el argentino, por Damián García.
A los 79, un remate del Ojito Rodríguez derivó en corner con mucho peligro, debido al remate de Bentancourt dentro del área que casi fue gol. Fue lo último de Bentancourt porque salió de cancha por Federico Santander y a Nicolás López por Exequiel Mereles.
Sin embargo, un regalo de Peñarol le dio el gol al recién ingresado Santander. Sequeira pifia el despeje y Galeano se la lleva, Mauricio Pereyra da un pase que fue una pincelada al corazón del área rival que termina en los pies del paraguayo, quien no perdonó.
Luego de las interrupciones, terminó el partido. Peñarol no le ganó a Nacional en todo el año y no supera en el marcador a su tradicional rival desde abril de 2023. Los Tricolores deben usar el envión para mantenerse al tope del Clausura si quiere tener chances de salir campeón uruguayo. Y Peñarol deberá enfrentar la doble competencia con menos distancia de los puntos.
Mención aparte para la barra brava de Nacional, un riesgo mayor
Increíblemente a la barra brava de Nacional se le ocurre festejar el segundo gol con bengalas, no permitidas para este encuentro como se informó sin descanso durante la semana, y con banderas del tradicional rival. Lo menos fue el problema estratégico que significa enfriar el partido y extenderlo en el tiempo, abriendo la posibilidad de mejorar las ventajas del rival. Lo más problemático es la esquirla de bomba de estruendo que lastimó a Báez, un jugador de su propio equipo.
Así como el problema de la inseguridad que representa la exposición de trapos del rival tradicional, más si se rememoran los últimos antecedentes de este grupo de barras en particular.
Inexplicable actitud de la barra brava de Nacional que arriesgó, no solamente el resultado a su favor, también a sus propios jugadores lanzando bombas de estruendo e incluso la localía al exponer banderas de su rival.