Para Lustemberg, la salud mental es una de las “prioridades del gobierno” en el quinquenio, pero sostuvo que para avanzar en transformaciones de fondo es indispensable contar con “un acuerdo en serio”.
La ministra de Salud Pública, Cristina Lustemberg, asistió este martes a la comisión bicameral de seguimiento de la salud mental para presentar la Estrategia Nacional de Salud Mental para el período 2025-2030, cuyas principales líneas estratégicas incluyen la rectoría y gobernanza, la intersectorialidad, la atención comunitaria, la promoción y prevención, la formación de recursos humanos, el fortalecimiento de los sistemas de información y la prevención del suicidio.
“La estrategia se construye desde una premisa firme: es posible construir una salud mental de calidad en Uruguay que supere el modelo biomédico por un enfoque comunitario y de derechos, que dé respuestas concretas a los problemas que vive la población”, informó la web del Ministerio de Salud Pública.
En rueda de prensa, la jerarca indicó que “una de cada cuatro personas en el mundo tiene algún trastorno vinculado a la salud mental o es usuaria del sistema de salud mental”. En tal sentido, y consultada sobre el cierre de los hospitales psiquiátricos previsto para 2025 por la Ley 19.529, la ministra apuntó que “hay que hacerlo de forma paulatina” y que no pueden cerrarse si no se cuenta con “dispositivos donde esas personas van a recibir una atención mejor”.
Además, la secretaria de Estado defendió una transformación gradual del modelo, basada en evidencia y con un enfoque comunitario. “Estamos trabajando con todos los prestadores de salud para darle cumplimiento a la ley”, indicó, al tiempo que añadió que desde el ministerio se tiene el compromiso de “reforzar” equipos interdisciplinarios compuestos por psicólogos, psiquiatras, médicos generales, trabajadores sociales y agentes comunitarios.
En referencia a los suicidios, Lustemberg planteó que las acciones del gobierno deben enfocarse en la prevención, ya que detrás de los intentos de autoeliminación “hay situaciones de depresión, de ansiedad” y otras que “requieren un abordaje comunitario más cercano, determinados recursos, salud y educación”.
Lustemberg enfatizó el carácter multidimensional de la salud y subrayó que “la salud no es solamente una parte biológica, sino [que está] atravesada por las determinantes sociales”, a la vez que manifestó que en la Comisión Bicameral de Salud Mental hay un “eje específico” para trabajar el acceso a la salud “en líneas generales” de las personas en situación de calle y las privadas de libertad.
“El objetivo del Ministerio de Salud Pública en estos cinco años es mejorar el acceso a cualquier derecho que tengan las personas al acercarse un prestador del Sistema Nacional Integrado de Salud, público o privado”, dijo.
La ministra subrayó que la situación actual requiere intervención del Estado y seguimiento continuo. “Nos tiene que doler que en Uruguay tengamos este número de personas en situación de calle”, expresó y aseguró que el gobierno continuará evaluando la situación de las personas en situación de calle a diario, atendiendo la emergencia y planificando intervenciones que puedan garantizar, en el futuro, condiciones dignas para toda la población.“Vivir en la calle no es dignidad para ninguna persona”, aseguró.
La salud mental, dijo, es una de las “prioridades del gobierno” en el quinquenio, pero para avanzar en transformaciones de fondo, sostuvo que es indispensable contar con “un acuerdo en serio”.