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Desde adentro

Más de 70 familias y un sueño compartido: la colonia dominicana que crece al norte de Colón

“El inmigrante es mucho de no querer demostrar más de lo que es, sino querer demostrar que puede superarse, que puede tener cosas a través de su trabajo”, aseguró Juan José, uno de los habitantes de este barrio.

Al norte del barrio Colón, en Montevideo, más de 70 familias dominicanas fundaron el primer barrio-colonia dominicano en Uruguay. Allí vive Juan José, quien llegó hace 13 años desde República Dominicana para reencontrarse con su madre y buscar nuevas oportunidades.

Para la columna Desde adentro, del periodista Diego Martini en Nada que perder, Juan José contó que no se fue de su país porque estuviera mal, sino porque “hay que buscar las vueltas, realmente hay que dar un giro a la vida”.

El barrio donde vive comenzó a formarse hace unos siete años y, según recordó, cuando él llegó había “alrededor de 15 o 20 familias”, pero fue creciendo gracias al boca a boca entre quienes “prácticamente estaban buscando un techito para vivir”.

Hoy, muchos dominicanos trabajan en limpieza, gastronomía, construcción y delivery. “El dominicano se mueve con todo, busca la forma de hacer el peso”, explicó.

Juan José también destacó las oportunidades de capacitación en Uruguay, algo que no era tan accesible en su país. Muchas de las personas del barrio estudian en la UTU, en centros de capacitación en construcción o en cursos privados.

“Aquí hay muchas personas que están trabajando, ya que se han profesionalizado en el Uruguay, ya sea de masajista, de electricista, de uñas y pintura”, contó. Él mismo se capacitó en el ámbito de la construcción y conoce a varias personas que lograron un oficio y trabajo a partir de esa formación.

A pesar de las oportunidades, la discriminación está presente. Sobre esto, Juan José aseguró: “mucha gente, a veces, te ataca no solamente por tu físico, sino también por tu progreso”. Y agregó: “El inmigrante es mucho de no querer demostrar más de lo que es, sino querer demostrar que puede, que puede superarse, que puede tener cosas a través de su trabajo”.

La comunidad se siente a veces aislada y poco conocida. En tal sentido, el entrevistado expresó que les falta un centro comunal y “estar un poco más unidos con el exterior”, que los “conozcan un poco más”. Al respecto, contó que si bien tienen una policlínica en el barrio y también está la Policía, en ocasiones otros servicios no llegan. “A veces tenemos un temita con los taxistas que no vienen al barrio”, dijo.

El barrio sigue creciendo, con niños que van a la escuela y familias que se esfuerzan por integrarse. “Aquí hay gente trabajadora, gente honrada, gente que no está para lo malhecho”, remarcó.

Muchos logran enviar dinero a sus familias en República Dominicana, aunque en su caso no lo hizo tanto porque tiene a casi toda su familia en Uruguay. Sin embargo, dijo haber visto a varios compatriotas que “se sienten conformes de poder trabajar y, a veces, hasta poder mandar un peso para su país”.

“Es un país muy caro y cuando uno se topa con la realidad, que uno tiene que pagar las cosas más caras que en nuestro país, ahí es donde ejerce la fuerza de voluntad para poder trabajar, para no detenerse”, relató y añadió: “uno está aquí, hay que tirar para adelante”.

Las tradiciones uruguayas también se fueron incorporando al día a día y contó que cuando llegó a Uruguay por primera vez, un 1º de mayo de hace 13 años, lo primero que le ofrecieron fue un mate. “Me dijeron: ‘Bueno, hoy no voy a trabajar, Día del Trabajador, te voy a regalar un mate’. Yo dije: ‘Ay, qué vaina esta’”, recordó entre risas y reconoció que, hoy en día, sigue tomando mate.