Los integrantes de la Cooperativa de reciclaje Durán destacaron los avances de los últimos diez años pero sus integrantes necesitan “un techo y piso dignos”.
Los integrantes de la cooperativa Durán, Eric Álvez y Raúl Ferreira, explicaron a La Rosca, por M24, que la iniciativa está integrada por 28 familias dedicadas al reciclado de residuos para su clasificación. En el marco del Día del Ambiente, Álvarez y Ferreira apuntaron a la mejora en la calidad de vida de los recicladores formales como un paso fundamental para el desarrollo del emprendimiento.
Ferreira aseguró que la calidad de vida mejoró de forma sustancial con la formación de la cooperativa. Salario mensual asegurado, derechos laborales, herramientas de calidad, instalaciones adecuadas para clasificar y otros adelantos que evitan la labor a la intemperie.
En la entrevista, Ferreira añadió que esas mejoras en las condiciones de trabajo también deben extenderse en la calidad de vida de los cooperativistas: “tienen que tener un techo y un piso digno”, puntualizó.
“Lo que dijo Raúl es fundamental”, apuntó Álvez. “Venían de la informalidad, sobre un carro de caballo, pero la formalidad no es suficiente; dio estabilidad, pero muchos compañeros siguen con dificultades para llegar a fin de mes o con problemas de vivienda”.
Para Álvez, la falta de condiciones para mejorar la calidad de vida de los cooperativistas es una dificultad para el proyecto. Como ejemplo, sostuvo que se podría utilizar plástico clasificado para fabricar palos de escoba, pero la urgencia por llegar a cubrir un salario mensual obliga a vender todo el material, con lo cual se pierde la posibilidad de ofrecer mayor valor agregado.
Hacia futuro, Álvez y Ferreira reclamaron la implementación de la Ley de Envases, que obliga a la industria a presentar planes de gestión de este producto, insumo clave para el crecimiento del sector formal de los recicladores.
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