En materia de seguridad, “las cuestiones tan complejas y profundas no las vamos a solucionar si venimos a ponerles parches, necesitamos este tiempo de pienso colectivo”, afirmó su vocera.
La integrante del colectivo La Vida Vale, Elba Núñez, destacó en diálogo con Nada que perder, por M24, la apertura del gobierno a las organizaciones sociales para la construcción de políticas de seguridad y convivencia. En este punto, marcó una diferencia con la administración anterior: “ahora se nos escucha; antes no se nos escuchaba”.
La Vida Vale nace en 2022. Núñez recordó que el primer interlocutor del gobierno con la organización fue el exdirector de Convivencia del Ministerio del Interior, Santiago González. Después de una serie de reuniones “comenzó a tomarnos el pelo”, en el marco de una actuación que finalmente “no estuvo buena”, valoró. Tocaba la puerta “frente a todos los demás”, un gesto que equivalía a “ponernos una bala en el pecho” en el marco de barrios muy violentos, ejemplificó. Lo siguió Matías Terra, quien “nunca más apareció”.
Con la apertura del diálogo para la construcción de un Plan Nacional de Seguridad, que incluye más elementos que la represión, como la infraestructura urbana, la prevención y acompañamiento, Núñez participó de la presentación de esta etapa que comenzará en agosto y finalizará en diciembre. Destacó la participación del comisionado parlamentario, Juan Manuel Petit, a quien consideró como “la llave de lo que uno debería conocer de lo que les pasa a las personas que van presas en nuestro país, que las mandamos directamente a la tortura”.
Ante una próxima política de seguridad de largo aliento, el rol de La Vida Vale puede ubicarse “en el momento de la aplicación” de las medidas acordadas, indicó Núñez, porque “no solamente el Estado va a poder llevarlo adelante”, ya que requerirá de “toda la sociedad” para que acompañen y “sean actores importantes”, en el monitoreo y la participación en las políticas. “A veces se piensa la política desde el escritorio, pero llega sin recursos ni técnicos. Nosotros somos el sostén porque somos quien las llevamos adelante”, precisó.
La desigualdad es el motivo principal para ingresar al mundo de la delincuencia
Núñez señaló a la “desigualdad brutal” en Uruguay y América Latina como el motivo “fundamental para que las personas cometan delitos”. “No es un justificativo, es la realidad”, sostuvo. Estos niveles de desigualdad comprometen la cohesión social: “Cuando nacés en un lugar donde quizás tu padre está preso, tu madre se va a trabajar y quedás sola o solo o con tus hermanos, donde no tenés tus necesidades básicas satisfechas, donde los niños terminan la escuela y le soltamos la mano a los adolescentes”, enumeró Núñez.
“Cuando estas cosas suceden y hay ofertas desde el crimen organizado o desde las ilegalidades, a veces no hay elecciones. la gurisada va ahí donde cree que puede satisfacer todo lo que necesita o quiere o le hacen entender que quiere”, añadió.
Núñez sostuvo que las políticas en materia de seguridad son proyectos a largo plazo: “las cuestiones tan complejas y profundas no las vamos a solucionar si venimos a ponerles parches, necesitamos este tiempo de pienso colectivo para sacar adelante este plan y, además, entiendo que el gobierno está haciendo cosas, en el barrio se ve más el patrullaje”.