“Estamos en un punto de quiebre. Todo dependerá de la reacción de Irán y si contará o no con aliados en este conflicto”, reflexionó el analista Gonzalo Oleggini.
Luego de los bombardeos estadounidenses a las plantas iraníes de enriquecimiento de uranio en Fordow, Natanz e Isfahán el pasado sábado, el Parlamento de Irán pidió cerrar el estrecho de Ormuz, una medida que debe contar con la aprobación del Consejo Supremo de Seguridad Nacional.
El estrecho de Ormuz está situado en la desembocadura del Golfo Pérsico y es uno de los puntos críticos del comercio mundial. Según estimaciones, diariamente circulan por allí entre 17 y 18 millones de barriles de petróleo por día, que representa más del 20% a nivel mundial, además de ser lugar de tránsito de importantes cantidades de gas natural licuado.
Consultado sobre esta posibilidad, el analista internacional, Gonzalo Oleggini, dijo a M24 que la decisión anunciada por el Parlamento iraní es una posición que “está fuera del ordenamiento internacional”, pero aclaró que el mundo está en un momento donde el ordenamiento internacional “está bastante golpeado y fragmentado”.
Tras el anuncio de Irán, el petróleo subió este lunes más del 1%, situando el barril de crudo WTI (West Texas Intermediate) y el Brent en 75 y 78 dólares, respectivamente.
“Estamos en un punto de quiebre. Todo dependerá de la reacción de Irán y si contará o no con aliados en este conflicto”, reflexionó el analista. En este sentido, agregó que lo que se advertía al comienzo del conflicto no ha ocurrido, como el respaldo de otras potencias a Irán y la posibilidad de un conflicto de mayor escala, y por eso “los mercados como el petróleo han subido, pero no como la mayoría esperaba”.
Del petróleo que circula por el estrecho de Ormuz se abastece gran parte de Europa y China, que serían los más perjudicados de la decisión de Irán, además de padecer un aumento del precio del petróleo, que sería a nivel internacional.
Sobre la postura que pueda tomar China, Oleggini dijo que el gigante asiático ha sido una potencia que “ha tratado de estar lejos” de los conflictos y que su economía ha crecido “por estar fuera de ellos”. “Para el proyecto económico de China, lo mejor es la paz y lo veo como un actor mediador”, concluyó.
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