Durante 2024 se registraron 8.924 situaciones de violencia, unas 24 diarias, contra niños, niñas y adolescentes, según el Sipiav.
La Plataforma Infancias y Adolescencias (PIAs) desarrolló el encuentro ‘Mejor con cuidado: Por una vida libre de violencias para niñas, niños y adolescentes’, en el que referentes sociales, académicos y autoridades estatales trazaron un panorama alarmante sobre la situación de las infancias y adolescencias en Uruguay.
En este contexto, y tras el informe publicado por el Sistema Integrado de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia (Sipiav) que arrojó que durante 2024 se registraron 8.924 situaciones de violencia, unas 24 diarias, contra niños, niñas y adolescentes, el informe de Alejandra Couto para Nada que perder abordó algunos de los temas que surgieron en el encuentro y profundizó sobre ellos.
Uno de los integrantes de PIAs, Fernando Olivera, explicó que el objetivo de la reunión era discutir y analizar cuáles son las acciones de respuesta que se van a desarrollar desde cada uno de los lugares que ocupan quienes participaron para prevenir y erradicar la violencia que sufren niñas, niños y adolescentes.
Olivera señaló que el compromiso de las autoridades fue uno de los grandes valores de la
jornada, a la vez que sostuvo que “las infancias y las adolescencias, y sobre todo las infancias y las adolescencias más vulnerables, necesitan ser priorizadas y necesitan tener esta mirada amplia de todo el espectro de Estado, del gobierno, de la academia y de la sociedad civil”.
Adolescentes víctimas de violencia
De acuerdo al informe de Sipiav, la franja etaria que experimenta más situaciones de violencia es la comprendida entre 13 y 17 años (38 % del total) y, para la trabajadora social, investigadora y docente Andrea Tuana, esta población “está corriendo riesgos muy altos”, en particular quienes están en contextos de desigualdad.
En este sentido, Tuana indicó que, en general, hay una mayor empatía con un niña o una niña que plantea estar viviendo una situación de violencia, pero que “los y las adolescentes son poco mirados”.
“Hay una especie de rechazo social hacia los y las adolescentes, lo que los deja en condiciones de mayor vulnerabilidad para sufrir violencias y que no haya tantos servicios y equipos o personas que puedan detectar rápidamente la situación”, manifestó.
Cuando el hogar no es un lugar seguro
Uno de los expositores en el encuentro organizado por PIAs fue el sociólogo Gabriel Tenenbaum, quien abordó la violencia territorial y comunitaria, y señaló que durante 2023 se registraron 3.736 personas que ingresaron a servicios de ASSE en Montevideo por heridas de arma de fuego, lo que equivale a tres personas por día.
Hasta finales de marzo de este año, fueron 23 los episodios donde niñas, niños y adolescentes fueron alcanzados por balas y, muchos de ellos, tras ser hospitalizados, no tienen un lugar seguro al cual regresar.
De acuerdo a los datos que informó Sipiav, nueve de cada 10 agresores son integrantes del núcleo familiar del niño, niña o adolescente y, al respecto, Tuana indicó que, si bien “la familia debería ser esa primera red de contención”, hay muchos niños y niñas que sufren violencia dentro del hogar porque “hay una cierta permisividad social a determinadas formas de violencia”.
Al respecto, la trabajadora social mencionó, por un lado, algunas que no ponen en riesgo la vida de las víctimas pero que sí producen daño, como la violencia emocional, la humillación, los gritos, el zarandeo, las prácticas de autoritarismo. Por otro lado, hay otras prácticas que sí “son de riesgo muy alto” como las golpizas, las situaciones de violencia sexual, someterlos a situaciones de violencia emocional que pongan en riesgo su salud mental.
Rediscutir la ley de corresponsabilidad parental
En el marco del encuentro organizado por PIAs, la ministra de Salud Pública, Cristina Lustemberg, sostuvo que la ley de corresponsabilidad en la crianza vulnera los derechos del niño y que se debe analizar su derogación. En esta línea, la directora del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), Claudia Romero, manifestó que será esa institución la que encabece esta petición de revisión de la ley.
“La revisión de esta ley tiene sentido en un contexto de prevención de la violencia cuando existen situaciones de conflicto, cuando hay una situación desigualdad de género en los roles de cuidado, cuando hay una desprotección del vínculo y, como consecuencia, se generan riesgos de violencia hacia las infancias y adolescencias”, declaró el vicepresidente del INAU, Mauricio Fuentes.
Asimismo, aseguró que, si bien la revisión de esta ley se debe hacer a nivel parlamentario, desde el INAU entienden que la discusión “tiene que incluir la participación de diferentes actores sociales” y debe asegurar que se priorice el interés superior de las niñas y niños.
Violencia digital
En el encuentro también se puso el foco en la violencia digital que sufren niñas, niños y adolescentes y lo expuestos que están a estos peligros en internet. En este sentido, la directora de Políticas de Género del Ministerio del Interior, July Zabaleta, indicó que en Uruguay está definido como delito la violencia digital y el acoso telemático.
“En el acoso telemático tenemos varios tipos de delitos: la estafa, el daño informático, el acceso ilícito a datos, la vulneración de datos, suplantación de identidad y el abuso a través de dispositivos”, enumeró la jerarca.
Acerca de las señales que pueden dar los adolescentes que sufren este tipo de violencia, la Zabaleta declaró que, en el contexto de violencia basada en género y generaciones, se detecta, por ejemplo, en el cambio en la conducta, en los centros educativos.
“Es muy importante que se conozca que existen este tipo de manifestaciones de la violencia a través de de medios tecnológicos”, dijo y añadió que también es relevante que, una vez que se detecta una situación de este tipo, se puedan llevar a cabo “los procedimientos para identificar la persona que está detrás de este tipo de violencia y que no quede impune, que no se relativice”.