El programa busca combatir la precariedad habitacional infantil en Uruguay, abordando la pobreza estructural con un enfoque integral que combina políticas sociales y de vivienda.
En el marco del programa Crece desde el pie, dependiente de Uruguay Crece Contigo (perteneciente al Ministerio de Desarrollo Social), el Estado impulsa una estrategia para que ningún niño o niña nazca en condiciones de precariedad habitacional.
Según las autoridades, el objetivo es actuar sobre las desigualdades estructurales que afectan a las infancias, con un abordaje integral que articule políticas sociales, sanitarias y de vivienda.
El director nacional de Desarrollo Social, Nicolás Lasa, explicó a Nada que perder que esta iniciativa se inscribe en una línea de trabajo que busca atender la pobreza estructural, que “se expresa en múltiples dimensiones, no es solamente pobreza por ingreso”.
En ese sentido, destacó que “tiene que ver también con desvinculación del sistema educativo, falta de acceso al mundo del trabajo o, en el caso en donde hay acceso al mundo del trabajo, es a trabajos precarios, mal remunerados, informales o changas”.
Lasa hizo hincapié en la importancia de abordar estas situaciones no solo desde el acompañamiento social, sino también desde una dimensión material, y uno de los puntos clave del programa es priorizar a los hogares con presencia de niños y niñas. Para ello, el Ministerio de Desarrollo Social trabajó con los datos del censo de 2023, donde se relevaron indicadores como pisos de tierra, techos sin cielorraso, paredes de materiales livianos o de desecho, y falta de baño o sistema de saneamiento.
“Entendíamos que si se combinaban estas variables podían dar cuenta de que estábamos ante viviendas en condiciones de alta vulnerabilidad, o sea, de riesgo habitacional”, explicó Lasa.
En Montevideo, por ejemplo, se identificaron 1.400 hogares con estas condiciones. De ellos, 462 están en el Municipio A, 363 en el Municipio F y 351 en el Municipio D. En contraste, en el Municipio B solo se identificaron dos casos. “Prácticamente un tercio de esos hogares están en el municipio A. Están muy recostados estos problemas habitacionales, —en lo que sabemos— en el cinturón periférico de Montevideo y en las localidades de Canelones que quedan inmediatamente después”, indicó Lasa.
Sobre los desafíos y la implementación, el director detalló que el programa requerirá una respuesta ajustada a cada situación, ya que “no todos los problemas habitacionales y las situaciones familiares son las mismas”.
En paralelo, desde la Coordinadora Nacional de Asentamientos, Carina Zeballos cuestionó la mirada tradicional sobre los barrios populares y manifestó en Nada que perder que los asentamientos “no son carencia”, sino que “son potencia”. que los asentamientos son potencia”. En tal sentido, reivindicó la importancia de dejar de ver estos territorios “como un problema y un gasto”, para pasar a concebirlos como “oportunidades de desarrollo económico, de circulación del dinero por las vías legales”.
Zeballos insistió en la necesidad de implementar una renta básica universal e incondicional y consideró que “no puede ser para una población específica”, sino que “tiene que ser para todas las personas”. También afirmó que “con hambre no se puede pensar”, por lo que “para que cada persona tenga la oportunidad de pensar qué quiere hacer con su vida es central que tenga un piso básico que asegure sus necesidades materiales”.
“Si una mujer no terminó la escuela, hay que generar las condiciones para que termine la escuela, no para que vaya a trabajar a un trabajo superprecario” subrayó la militante social, al tiempo que remarcó: “Nosotras sabemos que la renta básica universal incondicional es posible y vamos a luchar hasta lograr un piso básico para todas las personas”.