El abogado de derechos humanos dijo que la Marcha del Silencio, que se realiza cada 20 de mayo desde 1995, “es admirable” y destacó que en la región “no hay nada parecido”.
De visita en Montevideo, el abogado brasileño Jair Krischke, fundador del histórico Movimiento de Justicia y Derechos Humanos (MJDH), dialogó en Nada que perder sobre el encuentro que lideró en 1980 en Porto Alegre, cuando una comitiva del movimiento tomó la declaración de familiares de detenidos desaparecidos uruguayos. Ese conjunto de evidencias permitió abrir el paso hacia el reconocimiento internacional de los crímenes cometidos por la dictadura cívico militar uruguaya.
Antes de abordar ese asunto, Krischke recordó a la exvicecanciller y defensora de los derechos humanos Belela Herrera, fallecida el sábado pasado, definiéndola como “una mujer extraordinaria” y “valiente”. Aseguró que si bien actuó "salvando vidas" en representación de las Naciones Unidas, “fue más bastante más allá” de sus obligaciones y protocolos, actuando “con mucho coraje".
Con respecto al MJDH, especificó este movimiento llevó a cabo la recepción de testimonios en Brasil debido a que la dictadura uruguaya, encabezada en ese entonces por Gregorio Álvarez, le prohibió el ingreso al país a los integrantes del Alto Comisionado de Naciones Unidas que investigaban las violaciones de derechos humanos en Uruguay.
Sobre ese encuentro de 1980, recordó que los uruguayos “no se conocían” entre sí y que aún no existía la asociación Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos. Una de las personas que lideró el proceso fue la fallecida María Almeida de Quinteros, madre de la maestra desaparecida Elena Quinteros. “El clima de tensión era tremendo”, las personas “estaban desconfiadas”, porque en la reunión “podía haber un infiltrado”, señaló.
En el encuentro se tomaron las declaraciones de los familiares, quienes “aportaron documentos para hacer llegar a Naciones Unidas”, apuntó. La información “sirvió mucho para empezar a tratar el tema de los desaparecidos uruguayos en el ámbito de Naciones Unidas”, valoró. La presión internacional ante las dictaduras “es fundamental”, resaltó Krischke.
El abogado brasileño dijo que la Marcha del Silencio, que se realiza cada 20 de mayo desde 1995 “es admirable” y destacó que en la región “no hay nada parecido”. En Uruguay existe “una conciencia colectiva” capaz de juntar a una enorme cantidad de personas “para mantener viva la necesidad de verdad, memoria y justicia”, destacó.
Krischke subrayó que para continuar investigando “es fundamental la apertura de los archivos militares”, que según relató no fueron abiertos en ningún país de la región. Con respecto al Archivo Berrutti subrayó que el hallazgo de esa documentación “del terror uruguayo” fue “por casualidad” y no por una política de Estado. La apertura de los archivos es importante para encontrar a “los responsables de crímenes de lesa humanidad”, y para escribir “la historia de nuestros países”, recalcó.