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Asambleas Técnico Docentes

En los últimos cinco años la opinión docente “estuvo cancelada”, aseguró profesor Matías Berger

“Nosotros proponemos que la educación pública no tenga incidencia del aparato político partidario”, afirmó Berger y agregó que desde la reapertura democrática de 1985 no se ha logrado nunca "construir política de Estado de larga duración”.

En diálogo con Info24, el profesor de historia Matías Berger analizó en profundidad el rol de las Asambleas Técnico-Docentes (ATD), la situación del sistema educativo y la necesidad de una transformación estructural en las políticas públicas vinculadas a la enseñanza.

Consultado sobre la función y relevancia de las ATD, Berger explicó “son espacios de participación docente”, pero advirtió que están “subaprovechados”, ya que podrían tener un rol más protagónico si se fortaleciera su participación. “Podríamos tener una mejor incidencia en las políticas educativas”, sostuvo, y remarcó que estos espacios son importantes para “ir caminando hacia esa concreción histórica de conseguir autonomía y cogobierno para la educación pública”.

“Es fundamental poder creer y confiar en que el cuerpo docente de este país tiene la capacidad política y pedagógica para pensar la educación, conociéndola, y para proyectar alternativa a los problemas que aquejan hoy en día, tanto el estudio de los gurises y las gurisas como al trabajo nuestro de todos los días”, consideró Berger.

Para el docente, en la última década se ha profundizado “una visión muy tecnocrática de lo educativo”, lo cual privilegia una lógica economicista y, en este sentido, manifestó que esta lógica ha generado una desconexión entre la toma de decisiones y el conocimiento pedagógico. 

Berger también señaló que en las ATD se producen informes sobre los cuales se trabaja en las asambleas siguientes, lo que contribuye a alimentar el “acervo pedagógico nacional”. Si bien dijo que los docentes no tienen “la llave mágica, la solución”, sí consideró que tienen “el conocimiento de lo que sucede en la realidad, en los territorios” y “la formación específica como para poder opinar”.

“El tema es que, lamentablemente, en los últimos cinco años años esa opinión estuvo cancelada, directamente cancelada. Y estamos con esta expectativa de que este año, y a partir de ahora, se abra una nueva forma”, indicó, a la vez que reconoció que han tenido “algunas señales ambiguas” por parte de las nuevas autoridades, ya que “la hoja de ruta del Codicen despertó más dudas que certezas”.

Otro de los temas abordados fue la necesidad de concebir la educación como una política de Estado que trascienda los ciclos políticos. “Nosotros proponemos que la educación pública no tenga incidencia del aparato político partidario”, afirmó y agregó que desde la reapertura democrática de 1985 no se ha logrado nunca "construir política de Estado de larga duración con mirada estratégica”.

Berger insistió en que es necesario “pensar fuera de la caja” para enfrentar los desafíos del presente. “No podemos seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes”, expresó y propuso repensar el modelo de gestión. “Tal vez el problema sea justamente que la conducción de la educación ha sido desarrollada a partir de un pensamiento político partidario. Tal vez hay que pensarlo desde otro lugar”, reflexionó el docente.