Las mujeres embarazadas de entre 32 y 36 semanas de gestación deben aplicarse una vacuna diferente a la antigripal. Actualmente no hay niños internados con esta enfermedad.
En la ciudad de Florianópolis “se ha decretado el estado de emergencia sanitaria por la circulación de infecciones respiratorias”, según informó la directora general de Salud, Fernanda Nozar, en rueda de prensa este lunes. El aumento de consultas ha aumentado un 80% en niños, y un 50% en adultos, mientras que “también subieron los diagnósticos”, señaló la jerarca. El virus que mayor prevalencia muestra en la circulación es el Virus Respiratorio Sincitial (VRS) “que presenta riesgos de infecciones graves en niños lactantes”, informó.
En este contexto, el Ministerio de Salud Pública (MSP) anunció que se encuentra “en estado de vigilancia extrema”. Este virus presente en la región puede afectar a toda la población, y especialmente a los niños, y bebés. Por ello el MSP resalta la importancia de la vacunación “en mujeres embarazadas de entre 32 y 36 semanas de gestación”, señaló Nozar.
La vacuna del VRS no es la misma que la de la gripe, su población objetivo se alcanza con “la transmisión de los anticuerpos de la madre al bebé”, indicó. En cuanto a los niveles de cobertura, Nozar apuntó que “para lograr el mayor impacto se tiene que alcanzar la vacunación en el 90% de las mujeres que están en ese periodo de gestación”. Hoy se alcanza el 70% semanalmente, por lo tanto aún “falta un trecho para lograr el mayor impacto posible”, dijo. Las autoridades informaron que actualmente no hay niños internados con esta enfermedad y se pretende alcanzar un mayor porcentaje de vacunación antes de que el virus llegue al país.
En cuanto a la vacunación antigripal, Nozar recordó que “después de los seis meses de edad” toda la población se puede vacunar: “los bebés están en la población recomendada, así como otros grupos de riesgo”. La vacuna para la gripe ha alcanzado las 280.000 dosis aplicadas, informó.
Con los cambios en la situación epidemiológica, el MSP exhorta a las instituciones de salud a que tomen medidas para mejorar el acceso a la vacunación, por ejemplo ofreciendo activamente las vacunas, disponer de información en las salas de espera, y generar las condiciones para que cuando las embarazadas vayan a su control perinatal puedan vacunarse si corresponde, sin necesidad de que las diferentes personas sean derivadas.