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El lanzamiento de diálogos por parte del gobierno

El gobierno lanzó la convocatoria al Diálogo Social y hoy comienzan algunas instancias. Por otro lado, también se han dado pasos para establecer un Diálogo partidario para el plan de seguridad pública. En el primero, el Partido Nacional, Partido Colorado, Partido Independiente y de Identidad Soberana se negaron a participar. En el caso de la convocatoria sobre seguridad pública, la oposición ha participado ¿Comenzamos primero viendo un poco cómo ha sido la concepción de los partidos en la participación en encarar los grandes problemas nacionales?

Hay algunas grandes concepciones que han tenido los partidos políticos con respecto al encare de acuerdos para los problemas nacionales y sociales.

Frente Amplio: Históricamente sostuvo que los diálogos y acuerdos deben realizarse con la participación de organizaciones sociales y de partidos políticos.
Partidos tradicionales: En las últimas décadas ambos partidos han coincidido en que los diálogos y acuerdos deben ser esencialmente entre los partidos políticos, como representantes centrales de la ciudadanía en su conjunto.
Cabildo Abierto: Desde su fundación ha sostenido postura que los diálogos y acuerdos deben comprender tanto los partidos políticos como las organizaciones sociales. Se inspira en la constitución de 1934, Gabriel Terra, Pedro Manini Ríos y Luis Alberto de Herrera. Impulsó en la legislatura pasada (sin eco, no lo apoyó tampoco el Frente Amplio) de poner el funcionamiento el Consejo de la Economía Nacional, previsto en la Constitución desde 1934, creado por Ley en el gobierno de TV y nunca puesto en funcionamiento.

Desde el punto de vista histórico podemos ver diferencias y evoluciones también.

Frente Amplio: Ha oscilado en cuanto a los énfasis a dar a lo social y a lo político. Durante el liderazgo de Seregni, el FA consideró que el rol central es de los partidos y complementario el de las organizaciones sociales. Antes de ese liderazgo, y en particular la izquierda pre-frenteamplista, privilegió el ámbito social por sobre el político. Y este énfasis ha vuelto desde el fin del liderazgo de Seregni. Una concepción de tipo corporativista. Más aún. En el último gobierno del anterior periodo del Frente Amplio, durante el segundo gobierno Vázquez, el FA enfrentó el dilema entre crear la Universidad de la Educación sin cogobierno de estudiantes y docentes, o no crear la Universidad de la educación. Optó por esto último. Valoró tanto la participación social que lo consideró más importante aún que crear una Universidad de la Educación.
Partido Colorado: Tanto en el periodo de Terra (cuyo origen es batllista) como en el segundo batllismo, impulsó la participación social:
- elección por los docentes de la conducción de la enseñanza secundaria;
- integración tripartita (gobierno, empresas, sindicatos) de los consejos de salarios, cajas de asignaciones familiares, cajas de compensación por desocupación, seguros de enfermedad;
- integración cuatripartita de la conducción del BPS al crearse en la constitución de 1967 (gobierno, empresas, jubilados, trabajadores); aunque fue apoyado por el PN y su puesta en marcha la hizo el gobierno de Lacalle Herrera;
- participación de productores en la conducción del Instituto Nacional de Colonización (constitución de 1967).
Luego derivó, especialmente por el énfasis del FA en la participación social, a una postura más partidocrática.
Partido Nacional: Impulsó muy fuerte la participación social durante el wilsonismo, especialmente en el segundo periodo (salida de la dictadura), aunque también en el origen del wilsonismo hacia las elecciones de 1971.

Se han dado en el último tiempo distintas instancias de participación en diálogos, mesas, etc. Por ejemplo, la mesa de reforma militar, la mesa sobre seguridad ciudadana y más vinculada al tema de esta semana la Comisión de Expertos sobre Seguridad Social. ¿Cómo impacta esto? ¿Cómo se para este gobierno en la cuestión del diálogo como herramienta?

Efectivamente ha habido varias instancias donde los partidos y organizaciones sociales son convocadas y participan. En los últimos tiempos no han logrado grandes consensos, más bien lo contrario. En distintas instancias los partidos deciden no participar o se retiran, como pasó con el FA en la reforma militar y en la mesa de seguridad ciudadana. La Comisión de Expertos fue un poco distinta, combinaba actores sociales, pero no era vinculante y de hecho la Reforma de la seguridad social terminó tomando insumos de esa Comisión, pero no todos y de hecho algunos fueron contrarios a lo que la Comisión de expertos recomendaba en su informe.

Ahora, yendo a lo que plantea este gobierno, es claro que no sólo está basado en algunas concepciones históricas o estructurales de gobiernos frenteamplistas, si no que también aparece como una impronta política, de hecho alguna autoridad ha dicho específicamente la frase “este es un gobierno de diálogo”. Por un lado pensándolo desde la impronta del Poder Ejecutivo, pero también en la necesidad en el Legislativo, especialmente en Diputados.

Ahora se lanzó el Diálogo Social que enfrenta posiciones entre el oficialismo y la mayoría de la oposición, con la excepción de Cabildo Abierto. Por otro lado el comienzo del diálogo sobre el Plan Nacional de Seguridad Pública. Improntas distintas, temas distintos.

En el caso del Diálogo Social se han juntado distintas cosas. Por un lado, en parte el PN y quizás también el PC, sienten que este Diálogo Social va en contra de la Reforma de las Jubilaciones realizada en el gobierno anterior. También se mete el tema del plebiscito constitucional del año pasado.

Por otro lado, aparece una tensión sobre el lugar que ocupan los partidos en ese diálogo y las formas implementadas por el gobierno para la convocatoria. Quizás faltó negociación previa entre los distintos partidos para llegar a la convocatoria con un acuerdo mínimo en su integración.

Por otro lado aparece el tema del plan nacional de seguridad pública. Y acá hay diferencias importantes: en primer lugar que la convocatoria a las primeras instancias fue sólo a los partidos políticos, por lo que la resistencia a las organizaciones sociales queda de lado; en segundo lugar es que el tema de seguridad pública es más tangible e inmediato para la población, eso genera una necesidad distinta de participación también.

Más allá de eso, parece necesario que el sistema político salga de miradas cortoplacistas, pensando en las próximas elecciones como única meta, es muy difícil encarar los problemas estructurales y de fondo que tiene el país.