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Cambio de rumbo

El debate sobre el proyecto Neptuno ha sido más político que técnico, según productor de San José

Manifestacion del sindicato de OSE en contra del Proyecto Neptuno en el edificio central de OSE en Montevideo. Foto: Mauricio Zina / adhocFOTOS Filename20230613MZINA_11205.JPGCopyright©Mauricio Zina/ adhocFOTOSImage Size3000x2000 / 1.5MBKeywords 202320230613zinaMONTEVIDEOsociedadadhocoseffosesindicalsindicatoaguaneptunoproyecto neptunomanifestacionconcentracion Contained in galleries

“Hoy se están echando culpas unos a otros y en realidad no tiene que ser así. Esto es esto tiene que ser técnicos, tiene que ser ingenieros”, sostuvo Brune.

El productor rural de la zona de San José, Marcelo Brune, expresó su desazón por la forma en que se manejó el proyecto Neptuno en Arazatí, recientemente descartado en favor de una alternativa en Casupá.

En diálogo con Info24, Brune sostuvo que siente una “profunda tristeza porque esto se está mediatizando en lo político” y “no se está definiendo técnicamente”. En su opinión, la evaluación del proyecto debió mantenerse en el plano técnico. “Esto es técnico, esto lo tienen que resolver técnicos, y no se está dando en ese ambiente”, recalcó.

Según Brune, las consecuencias ambientales de la instalación del pólder -una gran piscina artificial diseñada para almacenar agua del Río de la Plata- hubieran sido graves. “Se van a filtrar cinco millones y medio de litros de un agua que no es de lluvia, que es eutrófica”, advirtió, en referencia a la carga contaminante de esa fuente hídrica.

En su opinión, el diseño original subestimó el impacto que tendría la construcción sobre el acuífero Raigón, que alimenta buena parte de la producción hortícola de la zona. “Se produce el 80 % de la papa que se consume en Uruguay acá, en esta zona chiquitita”, recordó.

La preocupación no radicaba únicamente en las 450 hectáreas que serían expropiadas, sino en el posible daño colateral sobre el suelo y el agua subterránea. “Uno no puede ponerse de porfiado en decir ‘no queremos, no podemos’”, dijo, “el tema es que el daño que se iba a hacer era colateral”.

El productor también se refirió a la falta de transparencia en el proceso, puesto que, según sostuvo, no hubo una discusión abierta que incluyera a todos los actores técnicos. “Nunca se hizo un debate serio, siempre los informes salieron de las personas que estaban de acuerdo con el proyecto”, criticó.

También recordó que informes como el de la consultora israelí Mekorot fueron desestimados, pese a señalar importantes deficiencias. “El BID también sacó un informe negativo al proyecto”, añadió, en referencia al estudio encargado por el gobierno anterior y recientemente difundido que concluyó que la represa de Casupá es una solución “más robusta y confiable” que Arazatí.

En contraste, Brune ve con buenos ojos el nuevo enfoque basado en el embalse de Casupá, que permitiría aprovechar mejor el caudal del río Santa Lucía. “La idea de hacer Casupá siempre estuvo, hace más de 40, 45 años”, indicó. En su opinión, la solución propuesta es lógica y técnica, ya que lo que se hace es “retener el agua dulce, de lluvia, de cuenca, que es agua limpia”.

Además, celebró que se proyecten nuevas plantas potabilizadoras, entre ellas una paralela a Aguas Corrientes. “Es lo que se recomienda internacionalmente porque necesitamos dos”, comentó. El modelo anterior, basado en la toma directa del Río de la Plata, le parecía inviable a largo plazo: “Inventaron una gran piscina para arruinar una zona de altísima productividad”.

Para el productor, la discusión no puede seguir girando en torno a intereses políticos: “Hoy se están echando culpas unos a otros y en realidad no tiene que ser así. Esto es esto tiene que ser técnicos, tiene que ser ingenieros”.