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Informe Aristas

El 60 % de los estudiantes pertenece a los quintiles de menores ingresos, indicó el presidente del Ineed

En la foto: Martín Pasturino durante la presentacion de las autoridades del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEEd), en el MEC, Montevideo. Foto: Daniel Rodriguez /adhocFOTOS

“Cuando uno habla de la incidencia de la pobreza en la educación tiene que hablar del tema de la pobreza general”, sostuvo Martín Pasturino.

El informe Aristas 2023, recientemente publicado por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), confirmó que los desempeños de los escolares uruguayos han permanecido estancados en niveles similares a los de 2020. Esta situación, además, pone en evidencia una marcada brecha en los resultados según el contexto socioeconómico de los estudiantes.

Martín Pasturino, presidente del Ineed, advirtió que este fenómeno no es nuevo y tampoco exclusivo de Uruguay. “El estancamiento viene desde hace un buen tiempo”, explicó en diálogo con Info24, a la vez que señaló “que es similar a lo que pasa en otros países de la región y del mundo”.

La relación entre los resultados educativos y el contexto socioeconómico aparece como un factor estructural. Pasturino subrayó que esta correlación ha sido documentada por más de seis décadas de investigación: “Básicamente, [existe] una fuerte relación entre resultados educativos y contextos socioeconómicos, eso es fuerte, permanente”, dijo.

En este marco, el reciente informe del Ineed intenta identificar qué centros educativos logran generar una diferencia positiva más allá de ese condicionamiento. Según el estudio, existen escuelas y liceos, tanto públicos como privados, que consiguen llevar “más allá al estudiante de lo que estaba previsto desde su contexto socioeconómico y cultural y hay otros que no tienen esa capacidad”.

El informe también puso el foco en la concentración del alumnado de altos ingresos en instituciones privadas. En el quintil más alto, el 93 % de los estudiantes asiste a centros privados. Sin embargo, al ajustar los datos por nivel socioeconómico, algunos centros públicos logran mejores resultados que los privados. 

“Cuando uno habla de la incidencia de la pobreza en la educación tiene que hablar del tema de la pobreza general”, sostuvo y añadió que el 60 % de los alumnos pertenece a los  dos  quintiles de ingresos más bajos.

Desde el Estado, se plantea extender modalidades como las escuelas de tiempo completo, consideradas eficaces especialmente en contextos críticos. En ese sentido, la administración actual se propone duplicar la cantidad de centros con tiempo pedagógico extendido. “Desde el año 1996 hasta ahora se incrementaron notoriamente los centros de tiempo completo, pero esta administración piensa duplicar lo que se hizo desde 1996”, adelantó.

Entre los desafíos estructurales del sistema, el bajo egreso de bachillerato sigue siendo uno de los principales. Aunque ha habido avances desde 2005, con un crecimiento del 36 % al 53,2 % en la tasa de egreso, el rezago persiste.

El abandono escolar, vinculado en muchos casos al ingreso precoz al mercado laboral y a la situación económica de las familias, también continúa siendo un problema relevante. “El tironeo que hacen las familias de menores ingresos para que los jóvenes, llegado a los 17, 18 años, ingresen al mercado laboral es muy fuerte”, declaró Pasturino.