La politóloga Camila Zeballos analizó el panorama actual del Partido Nacional tras la elección del nuevo directorio y advirtió sobre el riesgo de mayor polarización de cara a 2029.
El pasado fin de semana, la convención del Partido Nacional eligió a Álvaro Delgado como presidente del directorio, en una votación marcada por abucheos y un resultado mucho más ajustado de lo previsto. Para la politóloga Camila Zeballos, Delgado ganó, pero quedó en una posición frágil.
Zeballos explicó en La Rosca que si bien su triunfo era esperado, la diferencia de apenas 18 votos lo deja “muy debilitado”, ya que no todos los convencionales le responden directamente. Recordó que, según las cuentas previas, Delgado esperaba una ventaja cercana a 60 votos.
La nueva etapa que comienza para el excandidato a la Presidencia, según Zeballos, estará signada por la dificultad de liderar un partido que sale de una derrota electoral y que enfrenta un fuerte reclamo de autocrítica.
En cuanto a las razones detrás del resultado electoral adverso para el Partido Nacional, Zeballos señaló varios factores, como los problemas de corrupción, las dificultades económicas vinculadas al salario y al empleo, y el deterioro en materia de seguridad.
“El gobierno de Luis Lacalle Pou y el de la coalición tuvieron dificultades evidentes. El caso de Germán Cardoso, el puerto, [Alejandro] Astesiano entre otros, son muchas cosas que pasaron”, subrayó. Además, advirtió que la inseguridad sigue siendo una de las principales preocupaciones para los uruguayos y un punto donde no se cumplieron las expectativas
Consultada sobre si Delgado podrá unir a las diferentes alas del partido, Zeballos planteó dudas. Según explicó, líderes importantes del interior, como Nicolás Olivera y Sergio Botana, “están bastante molestos con la situación”, y todavía queda por verse “dónde está la conducción real del Partido Nacional”, si en el directorio, o en la figura de Lacalle Pou.
Para Zeballos, el Partido Nacional se enfrenta a una disyuntiva clave: reconstruir su espacio más moderado o seguir corriéndose hacia la derecha. Observó que la historia demuestra que los partidos ganan cuando logran sostener diferentes alas, algo que hoy está en crisis.
Sobre el escenario político de cara a 2029, la politóloga advirtió que se avecina un panorama más polarizado, con un Partido Nacional menos moderado y reivindicando posturas más duras.
Expresó preocupación por la creciente legitimación de discursos que dividen a la política entre amigos y enemigos. “Si empezamos a considerar que el otro es un enemigo con el que directamente no me puedo sentar a hablar, vamos abonando un camino hacia la polarización”, sostuvo.
Zeballos también hizo referencia al fenómeno de la Libertad Avanza, el partido político que llevó a Javier Milei a la presidencia de Argentina y quiso instalar su versión en Uruguay. Al respecto, destacó que, a diferencia del caso argentino, aquí “el poder económico se vincula directamente con los partidos políticos”, lo que frena la irrupción de outsiders.
“No hay que tenerle tanto miedo a los que vengan de afuera. Hay que ver cómo las fracciones dentro de los partidos van incorporando estos personajes. Ese es el problema”, consideró, ya que “del otro lado hay gente que está dispuesta a votar” a estas figuras radicalizadas.
Para la politóloga, se debe analizar por qué hay personas que eligen a estos candidatos sobre otros. “Nuestra sociedad está cambiando y, a veces, no nos estamos dando cuenta o no nos queremos dar cuenta de los problemas que estamos teniendo”, reflexionó.