“Muchos de los problemas que tenemos como sociedad vienen justamente de un estilo de crianza contaminado por la violencia”, afirmó la especialista Natalia Trenchi.
La violencia en el ámbito familiar como forma de educación y disciplina sobre la infancia y la adolescencia fue abordado por la encuesta elaborada por el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) y Unicef. Para su columna Desde Adentro, el periodista de M24 Diego Martini repasó los principales hallazgos del estudio,
El estudio profundiza en la prevalencia de prácticas violentas de disciplinamiento en niñas, niños y adolescentes de 2 a 14 años. Según el documento, el 40% de este grupo etáreo recibió “cualquier método de disciplina violenta”, un 53% “solo métodos disciplinarios no violentos” y un 7,8% “ninguno de los anteriores”.
La agresión sicológica es el método violento más utilizado, un 23,2%. Le sigue la agresión sicológica y física, con el 10,2%. Finalmente, el 5,9% manifestó haber recibido agresión física.
“Nosotros le gritamos mucho a los niños”, aseveró la sicóloga y siquiatra Natalia Trenchi para Desde Adentro. “Estas cifras creo que se quedan cortas” debido a que “está más impregnado en nuestro estilo de vida”, consideró. Es por esto que “llegado el momento en que los padres se frustran, explotan con violencia”. Estableció que “criar niños es muy desafiante” frente a situaciones ante las cuales “si no sabemos qué hacer vamos a repetir lo que probablemente han hecho con nosotros”, como pegarle a las niñas y niños.
“A los uruguayos nos encanta tener la imagen de pueblo tolerante” pero “esa es una imagen muy distorsionada de la realidad y estas cifras nos confirman un año más que la violencia en la casa, como método de crianza, es muy frecuente”, afirmó Trenchi. “En buena medida, muchos de los problemas que tenemos como sociedad vienen justamente de un estilo de crianza contaminado por la violencia”, complementó la especialista.
Trenchi sostuvo que “la violencia en la crianza lo que hace es actuar a nivel cerebral, mental, bioquímico, conceptuales y sicológicos para perpetuar el mal manejo de la violencia, ya sea utilizando la violencia para solucionar conflictos o perpetuarse como víctima”.
Según la especialista, el Estado tiene la responsabilidad de “formar en buenas prácticas de crianza”, donde las niñas y niños sean educados “para saber pensar”. “Hay que darles a los padres herramientas y soportes para que puedan hacer su trabajo de buena manera”, sintetizó.
Adolescencias bajo métodos violentos de crianza
El informe también analiza cuáles son los principales métodos violentos empleados con los adolescentes. En este caso, se destaca la “vigilancia” y revisión de sus objetos personales, con una prevalencia del 34%. Otros métodos descritos para el informe incluyen la amenaza con echarlo o echarla de la casa (3%), humillación (2%) y romperle objetos personales (2%).
Rezongo, reprimendas, afirmaciones humillantes, generan en los adolescentes “inseguridad, problemas de ansiedad y en el autoestima, así como tristeza, angustia y dificultades para resolver conflictos de otra manera”, precisó la integrante del colectivo Plataforma Infancias y Adolescencias (PIAS), Paula Baleato. Ese es el primer efecto sobre los adolescentes, pero el segundo es “la reproducción intergeneracional de esas formas: yo aprendo que de esa forma se resuelven los conflictos”, agregó.
Por su parte, el docente de Filosofía, Pablo Romero, acercó una mirada sobre las consecuencias en el aula de estas formas violentas de crianza: “muchas veces replican esos comportamientos agresivos o se vuelven muy retraídos socialmente; esto dificulta su trabajo en el aula”.
“Yo creo que muchas de estas situaciones, sobre todo en el nivel liceal, terminan en repetición o abandono, con los niños de los quintiles más bajos como los que sufren más violencia, lo que subraya la desigualdad educativa; éste podría ser uno de los factores de la desigualdad o, en todo caso, la refuerza”, concluyó.
Las mujeres que sufren la violencia en el hogar
La exposición de las mujeres a la violencia en el hogar fue incorporado a este estudio. En el último año, el 17,2% de las mujeres declaró en la encuesta que fue víctima de una situación de este tipo, con su pareja o expareja como victimario. En este sentido, la directora de Unicef en Uruguay, Lucía Vernazza, advirtió que este grupo de niñas, niños y adolescentes “crecen pensando que esa es una forma de relacionamiento”.
Además, Vernazza indicó que existen muchos padres que solicitan herramientas para mejorar sus métodos de crianza. “Ahí es donde la política pública puede ayudar, con las campañas masivas de comunicación, herramientas para las familias, talleres de padres”, ejemplificó.
El rol estatal para prevenir y erradicar formas violentas
El director de Desarrollo Social, Nicolás Lasa, entiende que “actuar y prevenir hoy tiene efectos en el futuro y por eso (desde el Estado) ponemos a dialogar las estrategias de acompañamiento a las víctimas, con el menú de posibilidades que va desde la salud mental hasta el acompañamiento judicial”.
“El cuidado de nuestras infancias es algo que nos involucra a todos y todas, tenemos que asumir la corresponsabilidad”, asumió Lasa, quien expresó que el Estado tiene “algo para aportar”. “No para decirle a nadie cómo debe criar a sus hijos o hijas, sino para poder colectivizar, problematizar y erradicar las formas violentas de crianza que entendemos que no nos aportan”, finalizó.