La expresidenta argentina habló luego de la ratificación de su condena y afirmó que en el peronismo se puede “construir una alternativa cuando esto se desmorone”.
Tras el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que ratificó la condena contra Cristina Fernández de Kirchner por la “causa Vialidad”, la expresidenta dijo: “Me pueden meter presa pero los medicamentos cada vez están más caros, los padres van a seguir creyendo que sus hijos tienen derecho a comer cuatro comidas por día; pueden meterme presa, pero tarde o temprano el pueblo es como un río, se puede desviar el cauce pero finalmente el agua se filtra y pasa”.
Tras la convocatoria de dirigentes y militantes frente a su domicilio en Buenos Aires, Fernández ofreció un discurso en el cual comparó su situación judicial con la de otros políticos argentinos: “Los (Mauricio) Macri y los (Luis) Caputos puedan caminar sin que nadie les diga nada, estar presa es un certificado de dignidad histórica”. También criticó a los jueces de la Corte Suprema de Justicia porque son “tres monigotes que responden a mandos naturales muy por arriba de ellos”, calificó Fernández. En su discurso, precisó que estos “mandos” no son la oposición sino “el poder económico concentrado de la República Argentina”.
La dirigente aseguró que en el peronismo están “los únicos que podemos construir una alternativa cuando esto se desmorone”, en referencia al gobierno del presidente Javier Milei. Sobre la conducción del actual mandatario, Fernández expresó que la combinación de un “dólar pisado” y “miles de millones de dólares que siguen tomando prestados” constituyen “la crónica de una muerte final” de una historia que “no tiene final feliz”.
Fernández sostuvo que el gobierno de Milei puso el “cepo al salario” y luego confirmó el “cepo popular” a través de la inhabilitación perpetua que le impide ocupar cargos públicos. La exmandataria era candidata a legisladora de la provincia de Buenos Aires en los comicios que se celebrarán este 7 de setiembre. Sobre este punto, la dirigente criticó que esta decisión jurídica se presentó “un mes antes de la oficialización de las candidaturas”.
La causa Vialidad y repercusiones de la sentencia
Cristina Fernández fue condenada por la “causa Vialidad”, que investigó irregularidades en las adjudicaciones de obras públicas licitadas en la provincia de Santa Cruz entre 2003 y 2015 al empresario Lázaro Báez. La ratificación de la Corte Suprema al fallo del Tribunal Federal Oral de segundo turno confirma la condena. Por su edad, 72 años, puede cumplir su pena bajo arresto domiciliario.
El defensor de Cristina Fernández, Gregorio Dalbon, sostuvo en su cuenta personal de X que esta es “una de las decisiones judiciales más graves y vergonzosas desde el regreso de la democracia en 1983” porque la exmandataria “no cometió delito alguno” pero fue sentenciada “de antemano”. “Esta no es una condena, es una venganza del poder”, aseguró el abogado.
Por su lado, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires Axel Kicillof sostuvo que "esta condena termina de consagrar una auténtica infamia". "Se trata de un nuevo capítulo en la larga historia de ataques al peronismo y a quienes, como ella, se atrevieron a transformar la Argentina en favor de las mayorías", agregó en en un posteo en X.
En ese marco, indicó que durante el gobierno de Macri, "se montó un sistema de espionaje ilegal, se armaron causas y se manipularon pruebas para perseguir a Cristina, a su familia y a sus exfuncionarios. El lawfare y la estigmatización del campo popular se convirtieron en políticas de Estado".
Por su parte, las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo expresaron mediante comunicado que la condena a Cristina Fernández “es un ataque a la democracia”, una “operación orquestada para reconfigurar los márgenes del escenario político y social”, con el objetivo de “silenciar a una porción enorme de la ciudadanía, despojándola de su figura más emblemática, tras años y años de estigmatización y deshumanización”.