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Entre 2021 y 2024

Continuidad educativa de estudiantes con discapacidad cayó el doble que en población general

La caída es “más pronunciada” entre quienes tienen discapacidad “severa” y “muy severa”; los tránsitos entre los ciclos educativos son “momentos críticos” para estudiantes con discapacidad.

Un estudio realizado por Unicef y el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), que analiza la continuidad educativa de estudiantes con discapacidad a partir de su paso por primaria, muestra que las trayectorias de estos jóvenes tienden a interrumpirse con mayor frecuencia que las de los niños sin discapacidad.

En su informe para Nada que Perder, la periodista Alejandra Couto explicó que el estudio muestra que la continuidad de estudiantes con discapacidad cayó 13,5% entre 2021 y 2024. Esto, según dijo Couto, es “casi el doble” que en la población general.

En este sentido, agregó que esta caída es “más pronunciada” entre quienes tienen discapacidad “severa” y “muy severa”, mientras que los tránsitos entre los ciclos educativos -primaria, media básica y media superior- son “momentos críticos” para niños y adolescentes con discapacidad.

El estudio, a su vez, evidencia que, en sexto año, las trayectorias interrumpidas son más frecuentes en contextos sociales vulnerables y entre quienes reciben prestaciones sociales. “Los contextos socioeconómicos desfavorables acentúan e incrementan el surgimiento de nuevas barreras, que impactan negativamente en las trayectorias educativas de esos jóvenes”, establece el documento.

Sobre ello, Couto explicó que la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) ha trabajado en una hoja de ruta, con un cronograma “tentativo”, para esta población y que propondrá revisar de forma “integral” las condiciones normativas, edilicias y pedagógicas.

La directora general de Primaria de ANEP, Gabriela Salsamendi, dijo a Couto que en las escuelas especiales los niños con discapacidad tienen recursos y maestros especialistas, pero también reconoció que hay niños “con necesidades educativas especiales” que están en escuelas comunes y con doble escolaridad. Esto supone que un niño va a una escuela en un turno y a una escuela especial en otro turno.

“Dentro de la educación especial también tenemos maestras de apoyo y maestras itinerantes, que recorren las escuelas comunes acompañando aquellas situaciones en donde se requiere otro tipo de apoyos o miradas sobre el desarrollo de niños”, detalló Salsamendi.

La directora agregó que existe un “fuerte reclamo” frente a la formación en inclusión por parte de maestros y que se encuentran trabajando para poder brindar esa capacitación. “Ya hay cosas pensadas para el año que viene”, adelantó.

Por su parte, la activista por la discapacidad e integrante del colectivo Todos pertenecemos, Mariana Curbelo, dijo a Couto que, entre los desafíos que enfrentan las infancias con autismo u otras neurodivergencias, el principal es el “acceso adecuado a una educación inclusiva”.

“No hay un equipo multidisciplinario que guíe y asesore en cómo realizar los ajustes razonables, porque todos los chiquilines son diferentes, pero sí hay lineamientos generales con los que se puede empezar a trabajar”, destacó Curbelo.

Al respecto, Couto resaltó que no son los niños con discapacidad quienes se tienen que adaptar a las instituciones y docentes, sino que es la sociedad y las instituciones las que se deben adaptar a ellos. “Esto es un derecho que se tiene”, aseveró.

Por último, la secretaria nacional de Cuidados y Discapacidad del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Susana Muñiz, señaló que, de cara a la elaboración de la Ley de Presupuesto, plantearon la división del sistema de cuidados. La intención es que esté por un lado la Secretaría Nacional de Cuidados y por el otro el Instituto Nacional de la Discapacidad. “Esto queda a resolución de lo que las cámaras decidan, pero esa será nuestra propuesta”, concluyó.