El consumo de energizantes entre jóvenes crece y preocupa a las autoridades, que lo abordarán como prioridad. No habrá medidas prohibicionistas, pero sí campañas con advertencias e información clara sobre los riesgos.
La Secretaría Nacional de Drogas y la Universidad de la República presentaron nuevas investigaciones que confirman una tendencia en alza del consumo de bebidas energizantes entre adolescentes y jóvenes. Ante este panorama, el secretario general de la Secretaría, Gabriel Rossi, afirmó en La Rosca que el tema “conformará uno de los ejes de trabajo para este quinquenio”.
Rossi destacó un cambio en el funcionamiento institucional, ya que “en el periodo pasado, la Junta de Drogas se reunió una vez”, pero en este ya se han reunido dos veces y planean un próximo encuentro “en breve”.
Entre las prioridades para estos cinco años, Rossi mencionó la creación de un sistema nacional de tratamiento y otro de prevención. En cuanto al primero, apuntó que hoy existen servicios diversos, “malos, buenos o muy malos”, pero sin articulación. En el caso de la prevención, destacó la importancia de “poder medir" lo que se está haciendo, "validar algunas cosas y no validar otras”.
Consultado sobre las bebidas energizantes, explicó que el enfoque no será prohibitivo. “No estamos planteando como una de las medidas el prohibir la venta a menores”, aunque reconoció los riesgos asociados a su consumo combinado con alcohol. “La persona que toma alcohol con bebida energizante tiene tres veces más posibilidad de tener una intoxicación que la persona que solo toma alcohol”, puntualizó el jerarca.
Uno de los problemas señalados por Rossi es la falta de información sobre estos productos y afirmó que “la energía no viene por las bebidas”. En este sentido, propuso implementar advertencias visibles, como una que indique qué contiene y cuáles son sus riesgos.
Rossi se refirió también a los mensajes de prevención y a la necesidad de evitar un tono moralizante. “El pánico de por sí no genera prevención y la moralina tampoco genera prevención”, afirmó y compartió el eslogan utilizado en la campaña de sensibilización: “la energía no viene en lata”.
La familia y el entorno también juegan un papel clave. Según las investigaciones presentadas, “un gran porcentaje” de los consumos de este tipo de bebidas en menores de edad se daban con sus padres al lado.
Sobre otras sustancias, Rossi valoró la política de regulación del cannabis. A casi diez años de su aprobación, indicó que “la evaluación es buena” y que “los consumos no se dispararon”. En contraste, señaló la necesidad de mejorar la regulación del alcohol y anticipó que se trabajará también sobre el mercado de los vapeadores.
Para el jerarca, cada sustancia requiere un abordaje específico y, al hablar sobre el consumo de alcohol, destacó que es “un gran desafío” que existe en Uruguay “hace muchos años”. En este sentido, subrayó el impacto económico que tiene el consumo problemático de alcohol y aseguró que “hay un gasto enorme que tiene el país en gastos directos o indirectos por el tema del alcohol”.
Asimismo, mencionó la aceptación social que tiene su consumo, porque “culturalmente no hay problema” con él, ya que se concibe como “parte del disfrute”. No obstante, Rossi reconoció avances en esta problemática como la ley de alcohol 0 en conductores y, al respecto, consideró que “realmente hay una cultura distinta” y que se han logrado cambios sistemáticos a partir de esta normativa.