Este jueves 30 Ehyerabide abordó la noticia de la afectación que produjo la empresa Conexión Ganadera sobre 4 mil personas quienes habían invertido entre 15 mil y 50 mil dólares cada uno.
Comentó que le llamó la atención del contador Ricardo Giovio, contratado por evaluar la situación de la firma, “que es especialista en stress financiero”.
“Es una especialidad. Es como que te diga, mi título es panadero, ahora, es el capo de los pan con grasa (…) stress financiero no tiene este hombre, en Uruguay le sobra trabajo”, dijo.
Cuando Giovio llegó a la empresa le dijeron que “más o menos tenemos una deuda de 150 millones de dólares, y el loco metió la lupa y ya le daba 250 millones” entre una operativa de 400 millones de dólares.
“Una cosa que me pareció impresionante que es un titular de Montevideo Portal: Inauditable, los detalles sobre la falta de información contable de Conexión Ganadera (…) la estafa es tan grande que va más allá de lo auditable”, remarcó.
También recordó un “cartel carretero” de esta empresa en la que aparece una vaca “comiendo una florcita amarilla”. “Tiene un slogan que dice: engordamos tus ahorros. No me había dado cuenta de esto hasta ahora, pero sí lo racionalicé un poco a la luz de lo acontecido. Era raro una vaca comiendo una flor”.
Asimismo, rememoró una canción del cantautor argentino, Atahualpa Yupanqui, “El arriero”, donde dice “las penas y las vaquitas, se van por la misma senda, las penas son de nosotros y las vaquitas son ajenas”.
“No se sabe, como dice Atahualpa, de quiénes son las vacas, pero se empieza a saber de quiénes son las penas”, remató.
Tampoco se sabe “cuántas vacas son”. “Carrasco dice: no tengo un problema económico, sino moral. Es cierto. Increíble es el descaro con lo que dice porque económico no debe tener problema con lo que se habrá llevado, porque por lo general no conozco la realidad financiera de Carrasco, pero una y otra vez cuando se funde una empresa resulta que quienes la dirigen se prevenían. Los incautos son otros”.
Ehyerabide puntualizó que “lo lindo” de los problemas morales es que “uno los puede padecer y al final se arregla uno con uno mismo; no interviene nadie más. Si uno es creyente puede ser que intervenga esa entelequia llamado Dios”.
“Ahí no hay posibilidad de embargo, de cárcel, de tener que fugarse del país o alguna otra alternativa jodida”.
Además, trajo a colación el pedido “de algunas voces” respecto “al salvataje del Estado”. “¡Qué maravilla! Me encanta esperarlo en la puerta del rancho, tomando mate, y ver cuándo el capitalista se hace el socialista a rabiar. Siempre pasa en algún momento, que el capitalista denostó al Estado, que dijo que había que reducirlo, que no sirve para nada, de pronto se vuelve como más que Lenin. Todos se quieren agarrar de la ubre del Estado”.