En el periodo pasado hubo “llamados de atención” con la repetición de situaciones de violencia en el trabajo y por eso actualmente se busca instalar la idea de “violencia cero”, remarcó la vicecanciller.
La vicecanciller de la República, Valeria Csukasi, aseguró en la Cancillería trabaja para recuperar el prestigio que tuvo en el pasado, tras un periodo en el que sus funcionarios tuvieron “prohibido” hablar con la prensa, manifestarse en redes sociales o reunirse con empresarios, cuando el nacionalista Francisco Bustillo estuvo al frente del ministerio. “Estamos tratando de que la casa vuelva a ser un lugar en el que nos sintamos cómodos”, enfatizó.
En diálogo con Nada que perder, Csukasi realizó un primer balance de estos primeros seis meses de gestión de la cartera que integra y en ese sentido diferenció el plano de la política exterior, que en muchos aspectos trasciende a los gobierno de turno, y el ámbito interno de la propia Cancillería. En ese plano, informó que se está "ordenando la forma" en que se realizan los concursos para el ingreso de funcionarios, también la definición de sus competencias y su evaluación.
Además, la Cancillería ha vuelto “a darle a la gente la libertad de reunirse con quien quiera”, aseguró Csukasi. “En algún momento del periodo pasado, pasamos por una Cancillería que tenía prohibido hablar con la prensa, que tenía prohibido usar redes públicas, redes sociales, que tenía prohibido reunirse con cámaras empresariales, con el sector privado”, explicó.
Estas prohibiciones citadas por Csukasi se dieron en el periodo en que estuvo al frente del ministerio de Relaciones Exteriores el nacionalista Francisco Bustillo, que asumió en 2020 y renunció en 2023, en medio del escándalo por la entrega del pasaporte uruguayo al narcotraficante Sebastián Marset. Según Csukasi, el excanciller Omar Paganini -que sucedió a Bustillo- intentó “enderezar” la situación generada por Bustillo pero no contó con el tiempo suficiente.
“En estos meses hemos ido tratando de recuperar la forma en la que siempre se actuó dentro de la Cancillería, para generar más tranquilidad”, remarcó la viceministra. Y añadió: “Hemos apostado fuerte a agendas que no estaban tan presentes como la agenda de género, estamos empezando a hablar de temas que no se hablaban, como salud mental”.
Con respecto a esto último, sostuvo que en el periodo pasado hubo “llamados de atención” con la repetición de situaciones de violencia en el trabajo y por eso actualmente se busca instalar la idea de “violencia cero”, que no tiene que ver solamente con género, afirmó, sino con que todos los funcionarios se sientan cómodos.
“No es solo la política exterior la que estamos apuntando a encauzar en una dirección que entendemos que es la correcta, sino que también estamos tratando de que la casa vuelva a ser un lugar en el que nos sintamos cómodos”, enfatizó. “Esa cancillería que nos enorgullecía en algún momento la queremos recuperar, sobre todo quienes pertenecemos al servicio exterior”, apuntó.