A los 40 años filmó su primera película y desde entonces no dejó de crecer. En diálogo con La Rosca, el actor uruguayo Cesar Troncoso habló sobre su recorrido, la serie El Eternauta y el valor de lo colectivo.
César Troncoso comenzó su camino en la actuación tras un momento de quiebre personal. “Yo me divorcié y me quedó un hueco”, recordó en diálogo con La Rosca y explicó que, en ese momento, se encontró con un aviso que anunciaba la apertura de cursos en Teatro Uno, uno de los espacios que admiraba como espectador. “Fui un día a ver con qué me encontraba y el que estaba era [Alberto] Restuccia”, contó y agregó: “terminé arreglando con él para participar de una clase y ahí me quedé, me quedé un año”. Antes de eso, no tenía ninguna experiencia en actuación.
Su formación en Teatro Uno le permitió desarrollar herramientas fundamentales para la actuación. Según Troncoso, en ese espacio comenzó “a adquirir un cierto oficio” y una “capacidad de respuesta ante imprevistos”, al tiempo que destacó el “nivel de libertad” y de “tomar riesgos” que había en aquella época. “Y no había mucho costo porque no nos pagaban siquiera o nos pagaban dos mangos”, rememoró.
El paso al cine llegó recién a los 40 años, cuando protagonizó El viaje hacia el mar del uruguayo Guillermo Casanova y, según manifestó, esa primera película le “abrió la puerta a otras”. Entre otros largometrajes, Troncoso participó en XXY, El baño del papa, Zanahoria, La noche de 12 años y su trabajo estrenado más reciente es El Eternauta, una serie producida por Netflix y dirigida por el argentino Bruno Stagnaro, que en su primera semana de estreno alcanzó alrededor de 10.000.000 de reproducciones.
El Eternauta: “nadie se salva solo”
La serie de ciencia ficción El Eternauta es una adaptación de la historieta con el mismo nombre escrita por Héctor Germán Oesterheld en la década de los 50, que narra la historia de una invasión alienígena que arrasa Buenos Aires mediante una nevada tóxica. De esta forma, muestra la lucha por la supervivencia de Juan Salvo (Ricardo Darín), su esposa, hija y sus amigos.
“Que nadie se salva solo tendría que ser una cosa tan obvia”, dijo Troncoso, quien en la serie encarna el personaje de Alfredo Tano Favalli, uno de los amigos de Juan Salvo, y cuestionó el mérito entendido como un camino individual. “Capaz que te rompiste el lomo laburando, pero no te hiciste solo. No seas bobo, muchacho. Ibas a la carnicería y había un señor que te cortaba la carne; eso es ayudarte. Hay una maestra que te alfabetizó, hay alguien que te abrió un micrófono”, ahondó y añadió: “Si para algún oyente soy un tipo interesante, también es porque ustedes me están dando este espacio”.
Para Troncoso, El Eternauta no es solo una serie de ciencia ficción, ya que en Argentina “pegó en una fibra que trasciende lo ficcional” y destacó que tanto sectores de izquierda como libertarios ”tomaron algo del mensaje para sí”. También expresó que, si bien no sabe exactamente por qué, “hay algo que se generó ahí que es muy increíble” y que “ojalá ayudase, de algún modo, a tapar esa grieta infame que tienen”. En este sentido, comparó su efecto con la reacción colectiva tras ganar el Mundial de fútbol en 2022, que “generó un sentido de país para todos”.
El actor uruguayo también subrayó el contexto en el que surgió la serie, que es en un momento en que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) “está medio alicaído porque está en manos de gente que no quiere mucho al cine ni al audiovisual”. Según el actor, aunque hoy se celebren los logros del sector privado, muchos de los profesionales involucrados se formaron gracias a los subsidios públicos. “Toda esta gente se formó en el otro período y se formó justamente porque había películas independientes, chiquitas, que se podían hacer por los subsidios del INCAA”, indicó.
Sobre la figura de Mujica
Troncoso definió a José Mujica como “una persona que en el último tiempo ya no pensó tanto en términos políticos como en términos humanos y sociales” y que dijo “un montón de cosas bastante obvias” que las personas “necesitan que se las digan cada tanto porque si no, parece que nos las entendieran”. En ese sentido, remarcó que “justamente por eso es valioso”, ya que trajo “al primer plano un montón de pensamientos que si sos integrante de la especie humana, te conviene tener presente”.
El actor rescató la coherencia que tuvo Mujica entre lo que decía y lo que hacía y, en este sentido, mencionó que nunca dejó de vivir en la chacra, en las condiciones que él mismo se planteó para sí. “El tipo es coherente y la coherencia se agradece también. Cuando vos ves un montón de gente que dice cosas preciosas, pero que después no las defiende con el cuerpo y él lo hizo”, concluyó.
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