El cambio en el modelo de atención aplicado en el gobierno anterior generó un atraso sistemático en los principales trámites de prestaciones.
El Banco de Previsión Social (BPS) se ha propuesto como meta para 2025 reducir en un 25 % el atraso en los procesos de valoración de incapacidad para acceder a la jubilación, disminuir en un 20 % los trámites de jubilación sin cese y simplificar los procedimientos internos. Esta iniciativa forma parte de las políticas institucionales orientadas a reducir el volumen de trámites pendientes, que en junio superó los 58.000 expedientes.
El periodista Diego Martini detalló en su columna Desde adentro, para Nada que perder, las demoras que presenta el BPS en la actualidad: se requieren 200 días para finalizar un trámite de jubilación por cese, 222 días en los trámites de jubilación sin cese, 210 días en las pensiones por vejez, 189 días por pensiones por invalidez y 255 días para las jubilaciones por discapacidad total o los subsidios transitorios.
Por otra parte, la cantidad de expedientes atrasados creció durante la gestión anterior del BPS. En Montevideo, pasó de 8.500 en 2021 a 18.331 en 2024 y en el interior de 7.739 en 2021 a casi 14.000 el año pasado, según el reporte presentado en junio. En cuanto a los recursos humanos, el BPS perdió funcionarios: en 2020 había 4.356 funcionarios, meintras que en abril de 2025 había 3.858.
La presidenta del BPS, Jimena Pardo, identificó el origen del problema en la implementación de un modelo de atención durante la administración anterior que generó “un stock de 58.000 trámites prestacionales, de los cuales el 32 % tiene una antigüedad de más de un año”.
En este contexto, el BPS contrató a 12 médicos para agilizar las juntas médicas, retiró trámites redundantes e implementó un trámite exprés para los expedientes de jubilación de las personas que no perciben otros ingresos. A su vez, se instaló un grupo de trabajo para que se modifique el modelo de atención, que implementará las primeras medidas de cambio a partir de octubre.
Esta situación fue identificada por el director del BPS en representación de las empresas, José Pereyra, quien recordó a Nada que perder la formación de un equipo que funcionó como “segundo mostrador” para agilizar trámites debido a la alta demanda. “[Durante 2024] salimos a pedir públicamente disculpas porque si no se solucionaba, estábamos ante el peor BPS de la historia”, expresó y añadió: “Lamentablemente, pasó el tiempo y nos sentimos estafados porque el atraso continuaba”. Finalmente, “la situación era mucho peor”, concluyó.
Jubilados y pensionistas reclaman una atención “más humana”
La presidenta de la Organización Nacional de Jubilados y Pensionistas del Uruguay (Onajpu), Graciela Ovelar, confirmó a Nada que perder que los atrasos en trámites de jubilaciones y pensiones son un “reclamo permanente” en las giras por el interior. “Se ha mencionado la reducción de personal y la implementación solamente de atención virtual, como factores que han contribuido a que esos trámites se acumulen”, indicó.
“Necesitamos la atención personalizada”, reclamó Ovelar. “No todos los adultos mayores pueden hacer un usuario para entrar en la página web”, por lo cual consideró que se debe buscar la forma de “facilitarlo”. A esto añadió la necesidad de capacitación a los funcionarios del BPS, ya que subrayó que los jubilados y pensionistas tienen derecho a acceder a una “atención más humana”.
BPS requiere más funcionarios y capacitación, indicaron los trabajadores
La presidenta de la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social, Karina Sosa, afirmó que “abatir el atraso es una prioridad, pero sin ingreso de personal y su capacitación correspondiente, es imposible y totalmente inviable”.
Para Sosa, los funcionarios realizan las tareas de un banco que desarrolla “mucho más que trámites de jubilaciones y pensiones” y observó un “desfasaje” entre la demanda de 5.000 inspecciones y los 97 inspectores disponibles.
Si bien reconoció que el nuevo directorio cambió la forma de relacionamiento, aseguró que el sindicato no está “conforme” con las medidas adoptadas. Otro desfasaje que señaló fue el presupuesto en tecnología entre la sección recaudatoria y la que brinda las prestaciones. Según Sosa, allí se observa que “el presupuesto viene encaminado a otra cosa que no es priorizar la atención de la gente”.