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Referente de los derechos humanos

Belela fue "una luchadora y una soñadora por un mundo mejor", dijo su hijo César Charlone

El cineasta destacó que la exvicecanciller “ayudó a muchísima gente, salvando sus vidas”, y resaltó el impacto decisivo que tuvo en la trayectoria de su madre el divorcio de su exmarido tras el golpe de Estado en Chile.

Este domingo se desarrollaron las honras fúnebres de la exvicecanciller Maria Bernabela “Belela” Herrera, quien falleció el sábado a sus 98 años. “Belela” es reconocida internacionalmente por su labor humanitaria en América Latina, especialmente durante la dictadura chilena dirigida por Augusto Pinochet, cuando se solidarizó con cientos de personas perseguidas por motivos políticos, brindándoles asilo y facilitándoles su salida de Chile. 

Herrera asumió en 1973 la conducción de la oficina chilena del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur, por sus siglas en inglés), cargo que ocupó hasta 1980. Tras su paso por Chile, continuó su labor en distintos países como Argentina, México, Perú, Brasil, España y varios países de América Central y el Caribe. 

Su hijo, el cineasta César Charlone, la recordó en diálogo con M24: “Fue una luchadora y una soñadora por un mundo mejor, de más justicia social e igualdad. Belela dedicó su vida a eso”. Charlone reconoce que con sus cuatro hermanos conocieron a dos “Belelas”, la primera que “fue una gran madre, muy amorosa”, pero que no realizaba “un trabajo social y político”. 

Sin embargo, previo al golpe de Estado de Pinochet en 1973, Belela había comenzado a simpatizar con el gobierno de Salvador Allende. Charlone explica que ella “no podía decir nada”, porque era la esposa del embajador uruguayo, Cesar Charlone Ortega, nombrado por el gobierno colorado del presidente Jorge Pacheco Areco. “Cuando viene el golpe de Estado en Chile” y el matrimonio entra en crisis, “se divorcian”, y Herrera “asume plenamente” sus posturas.

Belela “ayudó a muchísima gente, salvando sus vidas”, señala Charlone. La entonces directora local de Acnur utilizó en numerosas ocasiones su vehículo con matrícula diplomática para trasladar fuera del país a asilados políticos en las embajadas de Suecia, Rumania y Francia, entre otras. “Se dedicó a la lucha de Derechos Humanos”, concluyó el cineasta.