En Uruguay la cantidad de nacimientos era sostenida por “la fecundidad adolescente y joven”, fenómeno que cambió a partir de la aplicación de políticas públicas, indicaron dos especialista de la Facultad de Ciencias Sociales.
En diálogo con La Rosca, por M24, las investigadoras del Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales (Udelar), Mariana Fernández Soto y Victoria Prieto, explicaron el proceso demográfico de Uruguay en las últimas décadas, caracterizado por un período de fuerte oleada emigratoria y los últimos años de descenso de la fecundidad adolescente.
La migración fue una de las características principales de nuestro país en la segunda mitad del siglo pasado y los primeros años del siglo XXI. El crecimiento demográfico observado desde 1985 hasta hoy tal vez “podría haber sido mucho mayor si no hubiéramos tenido grandes oleadas migratorias”, que Prieto identificó en los años de la dictadura 1973 – 1985 y la crisis de 2002.
Entre 2011 y 2023, se observó una baja “espectacular” de la fecundidad que se explica, fundamentalmente, “con la caída de la fecundidad adolescente”, un cambio que se produjo a partir de la aplicación de políticas públicas sanitarias en esta población. En ete sentido, Fernández Soto subrayó que en Uruguay la cantidad de nacimientos era sostenida por “la fecundidad adolescente y joven”. Ahora se ve “el desplome, pero en realidad es una buena noticia”, aseveró.
“Toda América Latina está pasando por este proceso” de descenso de la natalidad, declaró Prieto, al tiempo que Fernández Soto enmarcó esta fase en un “cambio de paradigma a nivel occidental” sobre la familia como proyecto, en el cual “tener hijos no es una decisión rápida, es algo que se cuestiona”.
Acerca de la protección social, Prieto recordó que la brecha de participación y salario es un espacio para trabajar en políticas públicas. Por su parte, Fernández Soto añadió a estos desafíos la tensión “entre el cuidado y el empleo”, asunto que fue abordado en los países escandinavos a través de extensión de las licencias por paternidadd y maternidad a un año, flexibilidad horaria o servicios de guardería con horarios extendidos.
Las especialistas consideraron que el Diálogo Social es una oportunidad para profundizar sobre estos asuntos. Para Prieto, “lo más importante es mejorar la productividad” de las personas en un sentido más amplio que el economicista, mientras que Fernández Soto insistió en la redistribución de las tareas de cuidados entre varones y mujeres como un camino para mejorar la protección social a lo largo de la vida.